Pese al avance de la digitalización, el streaming y los dispositivos que garantizan alta calidad de audio, los discos de vinilo se las arreglaron para renacer. ¿Es hoy el casete el último objeto de culto de la industria musical?
Es la pregunta que se hacen en Inglaterra, luego de contabilizar la venta de casi 65,000 unidades en la primera mitad de 2020.
Las cifras de la Official Charts Company, divulgadas por BBC News, doblan las registradas en el mismo período del año pasado y superan las de todo 2018.
Con un precio promedio equivalente a los $13 dólares, el mayor éxito del formato lo constituye Lady Gaga, que ha vendido 12,000 copias del álbum Chromatica, lanzado en mayo.
Un volumen similar consiguieron los australianos de 5 Seconds of Summer con su elepé Calm, que ofrece cinco versiones del mismo producto.
“También hay una amplia gama de reproductores de cintas disponibles, incluidos equipos de sonido personales, pero es más probable que el formato se venda como un artículo de colección que para escuchar”, planteó el medio.
Desde la British Phonographic Industry, Gennaro Castaldo indicó que la demanda está impulsada por los jóvenes. «Están comprando su atractivo coleccionable, como lo han hecho con el vinilo. Y cuanto más lo hacen, mayor es la demanda para los sellos y los artistas”, explicó.
Y aunque las ventas podrían superar por primera vez desde 2003 las 100,000 unidades este año, siguen siendo una «pequeña fracción» del mercado, de acuerdo con el experto.
Para el analista Mark Mulligan, de Midia Research, es poco probable que el casete llegue a ser tan popular como el vinilo, dado que es un producto inferior en calidad de audio.
En países como Japón, Corea y China, ejemplificó, las estrategias de mercadeo son las que apalancan fenómenos como la resurrección del casete.
De hecho, apuntó a BBC News, el gigante tecnológico chino TenCent “obtiene muchos más ingresos por sus productos musicales que por sus servicios de streaming».