The Line es el nombre de una ecociudad proyectada por el gobierno de Arabia Saudita, que forma parte del plan estratégico Saudi Vision 2030 para diversificar la economía y reducir la dependencia del petróleo. La ciudad tendrá una forma lineal de 170 kilómetros de longitud, sin coches ni calles, y funcionará con energía 100% limpia.
El objetivo además del proyecto es crear un entorno sostenible, saludable y libre de emisiones de carbono para sus habitantes. La ciudad se ubicará en el noroeste del país, cerca del Mar Rojo y el estrecho de Suez, y se conectará con un tren de alta velocidad que recorrerá la distancia en 20 minutos. El diseño de la ciudad incluye muros de vidrio de 500 metros que regularán el clima en el desierto. Se espera que hasta 9 millones y medio de personas puedan vivir en The Line, que empezó a construirse en noviembre de 2022.
Pero a pesar de todas esas maravillas, existe un centro de investigadores en Viena Complexity Science Hub, que criticó abiertamente el proyecto.
Rafael Prieto-Curiel, uno de los líderes de la investigación, expuso algunos de los puntos de su crítica:
«Una línea es la forma menos eficiente posible de una ciudad», dice Prieto-Curiel. «Hay una razón por la cual la humanidad tiene 50,000 ciudades, y todas ellas son de alguna manera redondas», enfatiza. Si elegimos al azar a dos personas en The Line, están, en promedio, a 57 kilómetros de distancia. En Johannesburgo, que es 50 veces más grande en área, dos personas al azar están a solo 33 kilómetros de distancia.
Suponiendo una distancia a pie de un kilómetro, solo el 1,2% de la población está a poca distancia unos de otros. Esto dificulta la movilidad activa, por lo que las personas dependerán del transporte público.
Se planea que la columna vertebral del transporte público sea un sistema ferroviario de alta velocidad. «Para que todos estén a poca distancia de una estación, debe haber al menos 86 estaciones», explica el investigador del CSH Dániel Kondor. Como resultado, los trenes pasan un tiempo considerable en las estaciones. Además, no podrán alcanzar altas velocidades de viaje entre dos estaciones cualesquiera.
Según los investigadores, se espera que un viaje, por lo tanto, tome 60 minutos en promedio, y al menos el 47% de la población tendría un viaje aún más largo. Incluso con líneas expresas adicionales, las ganancias son limitadas debido a las transferencias adicionales necesarias. Como resultado, la gente seguiría viajando más tiempo que en otras ciudades importantes, como Seúl, donde 25 millones de personas viajan menos de 50 minutos.
«Las ciudades son más que una colección de barrios semiaislados de 15 minutos ubicados uno al lado del otro. Lo que diferencia a una ciudad de los asentamientos más pequeños no es solo su tamaño. Más bien, son sus oportunidades adicionales fuera del vecindario inmediato, como conciertos o una búsqueda de empleo ampliada, lo que los distingue. Por esta razón, debemos considerar el transporte en toda la ciudad», explica Kondor.
Resumen de los puntos más críticos de The Line
- Dos personas al azar en The Line estarán a 57 km de distancia, casi el doble que en Johannesburgo, por ejemplo.
- La forma lineal hace que el sistema de transporte sea vulnerable. Las averías podrían paralizar partes enteras de la ciudad.
- Cualquier viaje tomará, en promedio, al menos 60 minutos.
- El 47% de la población tendrá un viaje de más de 60 min.
- Sólo el 1,2% de la población estará a poca distancia unos de otros.
- Cómo atraer a 9 millones de personas en un país de tamaño mediano con una población de 36,7 millones aún está por verse.
- Si bien toda la energía en The Line debe provenir de fuentes renovables, la fase de construcción y el enorme consumo de recursos no se consideran aquí.