En 2005, cuando el mundo del entretenimiento digería la revolución de la televisión en alta definición, Sony patentó una idea para transmitir datos sensoriales al cerebro para que la persona “vea” películas o perciba sensaciones tal cual fueran reales.
La idea recordaba a The Matrix, la película en la que un electrodo conectado por la nuca llevaba la mente a una realidad alterna en un mundo virtual y que marcó un hito dentro y fuera del mundo del entretenimiento a finales de los años noventa.
Sin embargo, la patente de Sony contemplaba un mecanismo menos invasivo, pues la proyección de las imágenes se realizaría mediante un dispositivo que lanzaría pulsos de ultrasonido para modificar el comportamiento de las neuronas.
La patente era solo el registro de una idea y no ofrecía mayores detalles sobre las características del aparato ni de cómo iba a introyectar las imágenes y sensaciones en el cerebro.
La revista New Scientist, que dio la primicia sobre el registro de la patente el 7 de abril de 2005, destacó que más allá de lo futurista de la idea, también podría significar dar a las personas ciegas o sordomudas la oportunidad de sentir estímulos que de otra forma resultaría imposible.
Pese a que la publicación habló de la patente con bombo y platillo como “el primer paso hacia una Matrix de la vida real”, dijo que el científico detrás de la futurista idea, que entonces trabajaba en las oficinas de Sony en San Diego, California, rechazó la solicitud de una entrevista.
Al momento del registro de la patente, las crónicas de la época consignaron que la única forma no invasiva de manipular el cerebro era una técnica llamada estimulación magnética transcraneal, que utiliza los campos electromagnéticos para inducir señales eléctricas al tejido cerebral y estimular algunas neuronas.
No obstante, los investigadores detrás de esta técnica aclararon que los campos electromagnéticos manipulados no pueden enfocarse en grupos específicos de células para transmitir sensaciones.
Quizá porque la tecnología necesaria para posibilitar lo patentado por Sony estaba y permanece fuera del alcance humano, una portavoz de Sony se refirió a la patente como una “invención profética”.