Un grupo de científicos anunció el hallazgo de la abeja embozada australiana, que se creía extinta desde 1923.
Entomólogos de la Universidad Flinders en Australia descubrieron hace un par de semanas algunos ejemplares de esta abeja silvestre de nombre Pharohylaeus lactiferus.
Si bien este descubrimiento constituye un hecho positivo, causa preocupación porque los científicos apenas encontraron seis ejemplares, lo que hace temer por el estado en el que se encuentra la especie.
Los investigadores revisaron cerca de 225 lugares que eran considerados como un hábitat válido para la abeja. En particular, la búsqueda se concentró en los sectores donde había dos tipos concretos de plantas: el árbol rueda de fuego y el árbol de fuego de Illawarra.
Precisamente, los ejemplares hallados se encontraban cerca de estos árboles, ya que sus flores son el alimento favorito de la abeja.
Se estima que Australia ha perdido 40 por ciento de su masa forestal desde la colonización europea, lo que ha provocado la desaparición de varias especies de abejas, mientras que otras se encuentran gravemente amenazadas.
Al mismo tiempo, los incendios forestales que afectan a Australia cada temporada ha empeorado el escenario para estos insectos.
Los científicos ahora quieren internarse en la parte más densa de la selva australiana para intentar hallar más ejemplares de Pharohylaeus lactiferus.
Esta noticia hace recordar lo ocurrido hace días atrás, cuando dos personas se encontraron en Indonesia con un espécimen de tordina cejinegra, de la cual no se registraban avistamientos desde mediados del siglo XIX, lo que habría llevado a creer que también había desaparecido.