Cuando los teléfonos móviles ganaron popularidad en la década de los 90, se perdió el interés por las cabinas telefónicas rojas de Londres -algo que no sorprende realmente-, sobre todo sobre su mantenimiento.
A menudo te encontrabas dejando caer una moneda en la ranura y de repente el teléfono estaba fuera de servicio. Y si tenías más suerte, golpeando el botón para expulsar las monedas recuperabas el dinero en efectivo al caer en el compartimiento de abajo. Pero, entonces, tenías esperar que la cubierta no estuviera atascada para, en realidad, poder recuperar tu dinero.
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La gente se quejó también de que en ese momento algunos iban por ahí destrozando las cabinas telefónicas y rompiendo los teléfonos. Pero como dijo John Cleese, de los Monty Python: «No es que no funcionen porque han sido objeto de vandalismo; sino que han sido objeto de vandalismo, porque ya no funcionan».
Bueno, aunque eso hace mucho tiempo, y en estos días, en lugar de albergar teléfonos fuera de servicio, algunas de estas icónicas cabinas rojas están siendo reformadas para proporcionar algunos interesantes e inesperados servicios. Por ejemplo, Tome Ben Spier abrió, recientemente, un bar de ensaladas, de todo tipo, dentro de una cabina telefónica del centro de Londres.
Abre dos días a la semana para los turistas más hambrientos y los trabajadores que se dirigen a sus oficina. Este pequeño bar contiene un refrigerador y espacio suficiente para mostrar una variedad de platos con un aspecto sabroso que cuestan entre $ 6 dólares y $ 11 dólares.
Esto fue posible gracias a Red Kiosk Company, que hace un par de años obtuvo el permiso para permitir el uso las cabinas que no se utilizaban a las pequeñas empresas. O a las grandes empresas que, tal vez, necesitan una oficina satélite. Los empresarios pueden alquilar una de estas cabinas telefónicas por unos $ 15 dólares al día, o comprarla directamente por cerca de $ 15,000 dólares.
«Las icónicas cabinas de teléfono rojas son tanto una gran obra de ingeniería como arquitectura, a las que ahora se les puede dar cualquier uso», asegura Red Kiosk en su página web. «Nuestro objetivo es redefinir su uso para satisfacer las necesidades actuales sin comprometer su apariencia externa», añade.
A principios de este mes, también escuchamos acerca de un proyecto para convertir algunas de estas famosas cabinas telefónicas en mini oficinas, con pantallas de 25 pulgadas, escáneres, impresoras, un ratón inalámbrico y conexión Wi-Fi.