En medio del furor por el desarrollo de proyectos para el metaverso, el concepto de mundo virtual promovido por Meta —la empresa matriz de Facebook—, una plataforma llamada Next Earth comenzó con la venta de terrenos para construir, en un futuro, una comunidad virtual con servicios de realidad virtual, videojuegos y hasta mercadotecnia.
Por ahora, Next Earth se centra en la venta de terrenos de su metaverso, que es básicamente una calca del mundo real con mapas satelitales proporcionados por Mapbox, la misma empresa que los ofrece a apps como Uber y Foursquare. El proceso, explica la misma plataforma, es relativamente sencillo y consiste en seleccionar cuadrantes de alguna zona en específico.
Las transacciones se realizan con la criptomoneda matic y se basan en la cadena de blockchain de Ethereum. Los interesados en convertirse en “terratenientes virtuales” pueden utilizar el buscador del mapa para encontrar la zona que desean adquirir. A fin de probarlo, investigué cuánto cuesta toda la cuadra del sitio en donde vivo.
Hay que señalar que todas las compras en Next Earth se realizan en la criptomoneda matic, que al cierre de la edición de esta nota cotiza en alrededor de $1.5 dólares por unidad. Así que por la compra del terreno donde vivo, en México, debería pagar unos $110 dólares.
Lo cierto es que, como en el mercado inmobiliario real, algunos terrenos valen mucho más que otros. Y como parte del “encanto” de Next Earth es que los terrenos pueden venderse o intercambiarse como NFT en plataformas como Opean Sea, algunos sitios tienen un valor de mercado actual mucho más alto que el que tuvieron inicialmente.
De hecho, la misma Next Earth tiene un bazar en el que los dueños de terrenos virtuales ofrecen sus tierras con llamativos anuncios como “un pedazo de tierra en el corazón de la antigua ciudad alemana de Lübeck”.
Lo cierto es que, pese al furor por los NFT y a que Next Earth describe que el interés por su plataforma “está que arde”, varios de los anuncios que consulté apenas si tienen visitas y, en mi experiencia, no vi ninguna oferta por los terrenos.
Debido a que, en particular, no soy un entusiasta de los NFT, no encuentro mucho atractivo a comprar terrenos virtuales para una plataforma que no se prevé sea el estándar del metaverso y para la que, actualmente, no hay más que promesas con aplicaciones de realidad virtual, videojuegos y mercadotecnia.