Está comprobado. Las mascarillas son uno de los mejores elementos de protección contra el coronavirus. Sin embargo, el uso de cubrebocas ha traído un efecto adverso: están burlando los algoritmos de reconocimiento facial.
Así lo dio a conocer un informe del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST, en inglés) de Estados Unidos, que es citado por Venture Beat.
Los investigadores de este laboratorio —dependiente del Departamento de Comercio— evaluaron la eficacia de los algoritmos de reconocimiento facial frente a caras parcialmente cubiertas por mascarillas.
Probaron 89 algoritmos comerciales de reconocimiento facial de empresas como Panasonic, Canon y Tencent. En el testeo, combinaron fotos de personas sin mascarillas con imágenes de los mismos individuos, pero con una cubrebocas insertado digitalmente.
La comparación entre dos fotos de la misma persona es una técnica que se usa en el desbloqueo de algunos teléfonos celulares y en los sistemas de verificación de identidad de pasaportes.
¿El resultado del estudio? Los sistemas de reconocimiento facial evidenciaron tasas de error de entre 5 y 50 por ciento.
Durante la investigación —realizada en conjunto con el Departamento de Seguridad Nacional— se pusieron a prueba nueve variantes de mascarilla, que incluían diferencias de forma y color. Todas cubrían la nariz.
Estos cubrebocas digitales eran de color negro o azul claro, similar al tono de una mascarilla quirúrgica. En cuanto a las formas, algunas eran redondas y otras eran del ancho de la cara. Estas últimas tenían variantes altas, medias y bajas.
Según los investigadores, la precisión del algoritmo frente a las caras enmascaradas disminuyó “sustancialmente” en todos los ámbitos.
Además, mientras más nariz cubría una mascarilla, menor era la precisión del algoritmo. Las tasas de error fueron generalmente más bajas con los cubrebocas redondos y con las mascarillas negras.
Los resultados del estudio son similares a los de un estudio publicado por Venture Beat que descubrió que los algoritmos de reconocimiento facial utilizados por Google y Apple tenían dificultades para reconocer a los usuarios que usaban mascarillas.