El matemático indio Srinivasa Ramanujan es un mito. Autodidacta, con una mínima educación académica en matemáticas puras, formuló contribuciones que siguen siendo objeto de estudio. Su muerte a los 32 años solo acrecentó su figura mítica. Esa condición hoy se fortalece con el desarrollo de un algoritmo promisorio que podría inaugurar una nueva era matemática.
Lo llaman Máquina de Ramanujan en honor al matemático. Fue desarrollado por científicos del Instituto de Tecnología Technion de Israel, y más que una máquina, en realidad es un sistema de algoritmos sostenido por una red de computadoras que produce conjeturas y propone fórmulas para constantes matemáticas, como π.
El desarrollo tiene trascendencia porque la propuesta de conjeturas matemáticas en realidad es escasa. Una conjetura puede significar poco para quienes conocemos las matemáticas solo por la base impartida en la educación básica. Quizá el término teorema diga más. Las conjeturas son, grosso modo, el punto de partida de un teorema. Y estos son demostraciones lógicas tan poco frecuentes que la lista de los más célebres no llega a la veintena.
“Durante siglos, las nuevas fórmulas matemáticas que relacionan las constantes fundamentales han sido escasas, y por lo general, se descubren esporádicamente”, explican los investigadores del Instituto de Tecnología Technion de Israel en su estudio publicado en Nature. La Máquina de Ramanujan augura un cambio en la frecuencia de estos descubrimientos.
Por ahora, el algoritmo tiene limitantes. La principal es que se mantiene incapaz de probar las conjeturas que propone. “En este punto, esa tarea debe ser resuelta por matemáticos humanos”, señala Ido Kaminer, el autor principal de la investigación.
No obstante las limitaciones, la Máquina de Ramanujan ya dio el primer indicio de que podría convertirse en el avance matemático de la década. Descubrió una nueva estructura algebraica en la Constante de Catalan, usada en integrales elípticas. “Creemos y esperamos que las pruebas de nuevas conjeturas generadas por computadora sobre constantes fundamentales ayuden a crear conocimiento matemático”, señalan los autores.
De paso, el avance podría dar a los no estudiosos un nombre en el mundo de las matemáticas. Los autores dicen que quienes estén interesados en contribuir en el desarrollo de la Máquina de Ramanujan pueden prestar el poder de procesamiento de su computadora a la red que sostiene el algoritmo. De hacerlo, una de las conjeturas propuestas por la máquina llevará el nombre del donante.