El olfato de las langostas ha sido objeto de estudio durante años por su potencial uso como herramienta de seguridad para el ser humano.
En 2016, la Oficina de Investigación Naval (ONR) de la Marina estadounidense subvencionó un proyecto de la Universidad de Washington, en Saint Louis, para crear langostas teledirigidas que detectaran explosivos y contaminantes.
A los insectos, se les instaló unos dispositivos biorrobóticos que aprovechaban el sentido del olfato de las langostas y, además, podían distinguir qué estaban oliendo. Así nacían las llamadas langostas cyborg.
La capacidad olfativa de estos animales ha sido refundada ahora por un nuevo estudio de la Universidad de Washington, dado a conocer el viernes 14 de agosto por la página web de la institución.
El equipo de investigación realizó experimentos y modelos y determinó que “la detección realizada por múltiples langostas conduce a una detección más eficiente de las especies químicas”.
Además, optimizaron el anterior sistema de detección biorrobótico realizado por la universidad.
Para hacer el menor daño a las langostas y mantenerlas estables para registrar con precisión su actividad neuronal, el equipo ideó un nuevo procedimiento quirúrgico. Le colocaron electrodos que no obstaculizaban el movimiento de las langostas.
Los investigadores las expusieron a vapores de TNT, DNT, RDX, PETN y nitrato de amonio, un conjunto de explosivos químicamente diverso.
Con su nuevo instrumental, la actividad neuronal de las langostas detectó un olor específico en 500 milisegundos.
“Lo más sorprendente es que pudimos ver claramente que las neuronas respondían de manera diferente al TNT y al DNT, así como a otros vapores químicos explosivos. Con ese dato crucial, estábamos listos para empezar a trabajar”, señaló Barani Raman, profesor de Ingeniería Biomédica y líder de la investigación.
“Ahora podemos implantar los electrodos, sellar la langosta y transportarlas a entornos móviles en el que la Seguridad Nacional pueda estar buscando explosivos. Esto no es tan diferente de los viejos tiempos, cuando los mineros del carbón usaban canarios”, agregó Raman.