La ciencia ficción siempre nos ha hecho temer el surgimiento de peligrosos robots asesinos que pongan en jaque la supervivencia de la humanidad.
Por ahora –y afortunadamente– esto no es más que una trama que ha motivado la publicación de libros y el estreno de varias películas y series de televisión.
No obstante, hay un antecedente en el que esta inquietante idea se alejó del camino ficticio y terminó convirtiéndose en realidad.
Ocurrió un 25 de enero pero de 1979, y quedó marcado para siempre en la historia bajo un título que le puede poner la piel de gallina a muchos: el caso del primer humano asesinado por un robot.
Se llamaba Robert Williams y trabajaba en la planta de fundición Flat Rock de Ford Motor Company. En aquella jornada trágica, Williams trabajaba junto a otros compañeros al lado del robot construido por Litton Industries.
El aparato había sido construido para recuperar las piezas fundidas de los estantes de almacenamiento de alta densidad de la planta.
Sin embargo, la velocidad no era, precisamente, una de las características de la máquina. Hay que recordar que, en aquel entonces, los robots eran más lentos y torpes.
Por lo mismo, Robert fue enviado a supervisar él mismo por qué se demoraba tanto su compañero metálico. Pésima decisión porque, una vez que el hombre se subió a uno de los estantes de almacenamiento, fue golpeado violentamente por el brazo mecánico del robot en la cabeza, matándolo al instante.
El cuerpo de Williams permaneció cerca de media hora aplastado por la máquina, hasta que sus compañeros, preocupados por su desaparición, lo encontraron.
La muerte de Robert, que quedó registrada en El libro Guinness de los récords como la primera ocasionada por un robot, se terminó resolviendo en los tribunales.
Su familia demandó al fabricante, Litton Industries, reclamando que el aparato no contaba con las medidas de seguridad necesarias. El jurado le terminó dando la razón, por lo que la compañía se vio obligada a pagarle 10 millones de dólares a la familia.
La noticia de la muerte de Williams motivó las visiones más alarmistas sobre un futuro dominado por robots asesinos. Por supuesto, esto no ocurrió y el accidente del hombre ha servido para incentivar la adopción de medidas de seguridad más estrictas al momento de trabajar con maquinaria pesada.