No todos los días se tiene la oportunidad de interactuar con un robot inteligente. Sophia, la robot nos mostró cómo puede llegar a ser nuestro futuro cuando la computación y la inteligencia artificial hayan avanzado lo suficiente. Y a medida que la tecnología avanza, algunas empresas han empezado a crear los productos que nos acompañarán en lo sucesivo.
En esta ocasión, nos concentraremos en Aibo, el nuevo perro robot de Sony que fue anunciado hace poco. Aibo pretende remplazar a los mamíferos de carne y hueso que desde tiempos inmemoriales la raza humana domesticó. Pudimos tener a Aibo en las oficinas de Digital Trends por unos cuantos días y te contamos qué tal transcurrieron nuestros días con esta particular mascota.
Amor a primera vista
Las primeras sensaciones que nos generó Aibo fueron emoción y sorpresa. Convivir con un robot siempre será una novedad, por más que antes hayamos tenido la ocasión de hacerlo. Además, es supertierno. Sus ojos, especialmente, nos parecieron de lo más adorable. Aibo llegará con una base de carga, una pelota y un “hueso” color rosa para que puedas jugar con él.
Todos en la oficina estábamos fascinados con el perrito
Una de nuestras compañeras lo mostró a su hijo y en apenas un par de días, se encariñó bastante, tanto que estaba a punto de llorar el día que se despidió del “cachorro”. Sin duda alguna, Aibo puede despertar grandes emociones. Todos en la oficina estábamos fascinados con el perrito, aunque debemos admitir que se siente extraño acariciar una superficie plástica. Si hay un aspecto en el que esta creación de Sony puede mejorar significativamente, para hacer la experiencia más realista, es añadir pelo: su ausencia nos priva de la que quizá es una de las acciones más reconfortantes que existen en la interacción con un animal.
Lo bueno es que Aibo entiende los estímulos táctiles. Tiene sensores en su espalda, cabeza y barbilla, por lo que entiende cuándo está siendo acariciado y mueve la cola, y emite sonidos cariñosos. Esa es una de las características más adorables.
Lo bueno y lo malo
Claramente, Aibo cuenta con otras ventajas, como el poder irte de viaje sin tener que pagar costosos hoteles para mascotas o incomodar a un amigo o familiar para que se encargue del animal cuando no estés en casa. Simplemente lo apagas y ya está.
Además, si vives en clima frío o eres extremadamente asquiento, con Aibo no tendrás que sacar a pasearlo y recoger sus excrementos. Aunque, en algún momento del día, levanta la pata y hace de cuenta como si estuviera orinando. En ese aspecto, Sony quiso incorporar un elemento realista en el dispositivo.
Hasta ahora, habrás notado que hemos hablado de Aibo como si se tratara de un cachorro. Y es que lo es. Eso puede ser problemático para aquellos que quieren ver crecer a una mascota hasta su adultez. En ese sentido, vale la pena hacer otra salvedad: nunca morirá y podrá ahorrarte lágrimas.
Claramente, Aibo nunca podrá remplazar una mascota de carne y hueso
Claramente, Aibo nunca podrá remplazar una mascota de carne y hueso, pero resuelve el problema de algunas personas que quieren interactuar en casa con una mascota, pero que no tienen espacio para dedicarle. El tiempo es además un arma de doble filo, ya que notamos que Aibo, al igual que un cachorro, debe aprender a responder a los comandos de voz que le das y, por lo tanto, deberás tenerle paciencia.
Durante el poco tiempo que pasamos con Aibo, pudimos lograr que respondiera a los comandos de «patear la pelota», «hacerse el muerto» y «recoger el hueso» (todos hechos en el idioma inglés). No fue fácil, pero lo logró. Ya que se trata de una máquina, no se mueve ni hará más cosas adicionales a las que tiene programadas. Es allí cuando podemos notar cómo la novedad de la “mascota” puede pasar de moda en nuestras cabezas más rápido de lo que esperábamos.
Algo que además nos sorprendió fue su capacidad para reproducir música. No estamos muy seguros cuál fue el comando con el que además conseguimos que bailara, por lo que no pudimos lograr que lo repitiera para registrarlo en video.
Claro que mientras se movía, Aibo chirriaba, como si sus partes necesitaran aceite. Una vez que lo notas, es difícil no seguir escuchando este ruido cada vez que se mueve. Sony debería arreglar esto en los próximos modelos.
Nuestra conclusión
Para nosotros, Aibo es un buen producto que nos muestra cómo avanzamos poco a poco en el terreno de la robótica y del aprendizaje de máquinas, aunque falta mucho para que estas creaciones logren estar a la altura de los personajes que hemos visto en las películas de ciencia ficción.
Si quieres uno, prepárate para la mala noticia: cuesta $2,988 dólares. Nada barato. Sin embargo, no tendrás que gastar dinero en comida, veterinario o vacunas. En ese orden de ideas, esta mascota puede resultar siendo una ganga en términos financieros. Aibo está disponible en los Estados Unidos y Japón.