Desde su descubrimiento en el cuarto milenio antes de cristo, la producción de seda fue un secreto chino durante miles de años.
Pero ahora, los ingenieros de Tufts University han creado fibras de seda para desarrollar materiales que pueden ser programados para responder a su entorno.
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“En la naturaleza, hay una gran relación entre los materiales y su función”, afirma Fiorenzo Omenetto, Investigador Senior del proyecto a Digital Trends.
Debido a sus estructuras particulares, un material natural puede tener cualidades como la fuerza, la resistencia al agua o la habilidad de enfriarse rápidamente.
“Las estructuras de proteína son la base estructural de la naturaleza. La seda en particular tiene propiedades increíbles”, añade Omenetto.
Estas propiedades de la seda son su esperanza de vida y la bio-compatibilidad. La estructura de fibroina permitió a los ingenieros formar la seda en objetos tridimensionales que pueden sentir y responder a su entorno como por ejemplo, agujas de cirugía que cambian de color cuando están a punto de quebrarse o tornillos que se calientan con luz infraroja.
Para desarrollar estos materiales, los ingenieros empezaron a disolver los capullos de seda en una solución que crea suspensiones de agua de proteínas, donde después son recogidas en bloques sólidos.
“La descripción hecha en este estudio abre las puertas a la fabricación de materiales similares al plástico de alta calidad que sean hechos de fibroina de seda”, afirma Omenetto.
Omenetto y su equipo necesitan elaborar más investigaciones para refinar su material, pero se cree que un día podrían ser utilizados para fabricar equipos ortopédicos que puedan liberar medicinas o partes mecánicas que puedan sentir y alertar sobre fallas en el material.
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Un paper que describe su investigación fue publicado en la revista académica Proceedings of the National Academy of Sciences.