Un estudio publicado recientemente en la revista American Psychologist, revisada por pares, afirma que una combinación de reconocimiento facial y tecnología de inteligencia artificial puede evaluar con precisión la orientación política de una persona.
El estudio fue escrito por investigadores de la Escuela de Posgrado de Negocios de la Universidad de Stanford. Los investigadores escriben que, antes del experimento, hicieron que 591 participantes respondieran a un cuestionario político que proporcionaba información sobre sus creencias políticas. Esos mismos participantes fueron escaneados por el algoritmo de IA de los investigadores, que intentó evaluar dónde se encontraban en el espectro político.
En general, el algoritmo podía decir cuál era la orientación política de una persona con un alto grado de precisión, incluso cuando la identidad de esa persona estaba «descorrelacionada con la edad, el género y la etnia», escriben los investigadores. La «precisión predictiva del algoritmo fue aún mayor» cuando tuvo acceso a «la edad, el sexo y el origen étnico de los participantes».
Los investigadores estudiaron las «diferencias entre los contornos faciales promedio» de los «hombres y mujeres más liberales y más conservadores».
De acuerdo con este análisis, los liberales y los conservadores tienen una morfología facial marcadamente diferente.
Los liberales tienen «caras inferiores más pequeñas» y «labios y narices [que] están desplazados hacia abajo», y barbillas que «son más pequeñas» que los conservadores, escriben los investigadores.
«… La apariencia facial puede dar forma a los rasgos psicológicos… La gente está de acuerdo en gran medida a la hora de juzgar la orientación política a partir de los rostros (Todorov et al., 2015). Independientemente de si tales juicios son exactos, el efecto de la profecía autocumplida (Merton, 1936) postula que las personas percibidas como poseedoras de un atributo particular son tratadas en consecuencia; interiorizar tales atribuciones; y, con el tiempo, puede involucrarse en comportamientos consistentes con las percepciones de los demás (Slepian y Ames, 2016). Por ejemplo, las personas con mandíbulas más grandes, a menudo percibidas como más dominantes socialmente (un rasgo asociado con el conservadurismo político), podrían llegar a serlo más con el tiempo», tratan de justificar los investigadores.
Después de eso, los estudiosos de Stanford hicieron una gran base de datos con este cruce.
«Demostramos que la orientación política puede predecirse a partir de imágenes faciales neutrales tanto por humanos como por algoritmos, incluso cuando se tienen en cuenta factores como la edad, el género y el origen étnico. Esto indica una conexión entre las inclinaciones políticas y las características faciales inherentes, que están en gran medida fuera del control de un individuo», afirma el estudio.