Los cohetes reutilizables de Elon Musk resolvieron una de las incógnitas de la ecuación sobre cómo volver más asequibles los viajes al espacio. Ahora, una empresa con sede en Seattle propone una idea tan descabellada como en su momento lo fueron los cohetes de Musk: fabricarlos con un reactor nuclear a su interior.
Es lo que propone la compañía Ultra Safe Nuclear Technologies (USNC-Tech), que sostiene que con motores de propulsión térmica nuclear los viajes por el espacio serían mucho más rápidos que con los cohetes de combustión química.
Pero, ¿por qué la prisa?
Jeff Sheehy, jefe de ingeniería de la Dirección de Misiones de Tecnología Espacial de la NASA, explica a CNN que en la carrera espacial a la NASA es crucial el tiempo de vuelo. Y no precisamente porque los astronautas coman ansias, sino porque cuanto mayor es su estadía en el espacio, más tiempo están expuestos a la radiación.
“Cuanto más tiempo estés ahí, más tiempo habrá para que las cosas salgan mal”, señala.
Con la tecnología actual, se estima que un viaje redondo a Marte tendría una duración de tres años.
Debido a esta razón, la NASA busca opciones que permitan disminuir el tiempo en el espacio. Y Ultra Safe Nuclear Technologies tiene una.
¿Cómo será el cohete nuclear que nos podría llevar a Marte?
Michael Eades, director de ingeniería de USNC-Tech, detalla que el modelo de cohete que la empresa propuso a la NASA consta de un reactor nuclear que genera calor al descomponen un combustible de uranio. El calor generado en esta reacción calentaría un propulsor líquido —posiblemente nitrógeno— para generar un gas que, al ser liberado por el cohete, crearía el empuje necesario para impulsar el cohete. Y voilá, llegar a Marte sería posible en al menos nueve meses.
La primera barrera, detalla el especialista, es encontrar un combustible capaz de resistir la temperatura media del reactor, unos 2,400 grados Celsius. La condición, aseguran, está resuelta gracias a que el combustible que proponen contiene carburo de silicio, un material utilizado para recubrir armaduras de tanques y que, aplicado al uranio, evita la pérdida del material radioactivo, que de paso, también beneficia la salud de los astronautas.
Y hablando de astronautas en contacto con radiación, Eades señala que por ahora, el riesgo de contaminación por contacto con la radiación emitida por el reactor queda resuelto si se envía a la parte trasera del vehículo.
¿Pero, qué pasaría si el cohete sufre un desperfecto al momento de despegar y explota? Después de todo, los accidentes espaciales son comunes, en especial cuando se trata de probar diseños novedosos de cohetes. Sobre este punto, Eades dice que el cohete tendría un sistema híbrido, que utilizaría un motor de reacción química al despegar en la Tierra, y que activaría el motor nuclear ya en el espacio.
¿Y si estallara en el espacio? Catástrofes aparte, el experto recuerda que, menos mal, las explosiones y la radiación térmica no pueden moverse a través del vacío espacial.
De la Tierra a Marte en 90 días
Aunque el diseño actual del cohete de USNC-Tech con reactor nuclear reduciría el tiempo de viaje de tres años a nueve meses, la empresa confía en que el tiempo de viaje podría reducirse tanto como 90 días.
No obstante lo promisorio de la tecnología, la empresa señala que el uso de estos cohetes no será amplio sino hasta dentro de dos décadas. Es decir, habremos llegado a Marte en 2035 en cohetes de propulsión química. Quizá el viaje más importante de la humanidad también sea el último, con la tecnología que nos permitió salir de este mundo.