En los días previos a la compra de un porcentaje de Twitter, Elon Musk, el multimillonario dueño de SpaceX y Tesla, criticó la plataforma por “no adherirse a los principios de la libertad de expresión”, lo que, según dijo, “socava fundamentalmente la democracia”. Incluso preguntó: “¿Es necesaria una nueva plataforma?”.
Luego, nos enteramos de que Musk finalmente se unió a la junta directiva de Twitter tras adquirir una participación de 9.2 por ciento en la red social.
Sin embargo, Elon Musk, quien se ha referido a sí mismo como un “absolutista de la libertad de expresión”, tiene un historial de silenciar a los críticos con amenazas de demandas y despedir a los empleados que no están de acuerdo con él, según Insider.
De hecho, John Bernal, exempleado de Tesla que fue despedido luego de publicar reseñas en YouTube sobre las funciones del piloto automático de la compañía, escribió en respuesta al tuit de Musk. “Parece que Elon Musk es un absolutista de la libertad de expresión… a menos que involucre preocupaciones de seguridad, en mi opinión”, afirmó.
Seems @elonmusk is a free speech absolutist… unless it involves safety concerns IMO 🤷🏼♂️ https://t.co/QWV5JFukOc
— Aiaddict (@Aiaddict1) March 25, 2022
Las reseñas de Bernal contenían solo funciones para el usuario final e incluían imágenes del piloto automático del automóvil desconectado, lo que hizo que él tomara el control para evitar situaciones peligrosas, como un posible choque.
“Me despidieron de Tesla en febrero y se citó mi YouTube como la razón. Aún cuando mis publicaciones son de mi vehículo fuera del tiempo de la empresa o de la propiedad con el software que pagué”, dijo Bernal en un video publicado en marzo.
Pero el despido de Bernal no es el único ejemplo de Musk al tomar medidas contra las críticas públicas. En 2018, Fast Company informó que el empresario encontró la identidad de un posible bloguero anónimo que publicó un análisis de acciones negativo de Tesla y, según el columnista, este contactó a su empleador con la amenaza de demandarlo.
Tras esto, el bloguero desactivó sus cuentas de redes sociales y dejó de publicar información sobre Tesla por completo.
“No sé cuáles son las quejas precisas del señor Musk sobre mí. No creo que tenga ningún reclamo legal válido, y no me inquietaría defenderme enérgicamente si presentara alguno”, escribió Montana Skeptic en su publicación de despedida. “Mi respuesta a sus amenazas fue simplemente proteger a mi empleador y preservar mi empleo”.
En otra instancia, en 2015 para ser precisos, Musk llamó personalmente a un periodista que había criticado el evento de lanzamiento del Tesla Model X y canceló su pedido de un Model X.
Además, algunos exempleados de Tesla han dicho que fueron despedidos por no estar de acuerdo con el director ejecutivo, por denunciar acoso racista o simplemente por estar en su camino durante uno de sus arrebatos.
Por su lado, Musk ha negado las acusaciones de que los empleados fueron despedidos por los momentos de ira y asegura que su crítica a Twitter se basa en una creencia fundamental en la libertad de expresión.
Sea como sea, Twitter opera con términos de servicio a los que los usuarios deben adherirse para acceder a la plataforma. Además, las protecciones de la Primera Enmienda (que cubre los derechos a la libertad de religión y de expresión) solo se aplican en circunstancias en las que el gobierno, no una empresa privada, impone un castigo por la expresión protegida.