Un interesante estudio publicado en el New York Times finalmente ha develado las dimensiones reales del que se presume fue el máximo depredador marino del periodo Devónico, hace 360 millones de años: el Dunkleosteus.
Esta criatura de los mares subtropicales no era tan grande. Russell Engelman, paleontólogo de la Universidad Case Western Reserve, comparó las proporciones de la cabeza del Dunkleosteus con el tamaño de los cráneos de cientos de peces vivos y fósiles y llegó a la conclusión de que estos antiguos peces medían como máximo 4,5 metros y tenían una forma más parecida a la de un atún fornido que a la de un esbelto tiburón.
Dado que la mayor parte del cuerpo del Dunkleosteus estaba compuesto probablemente por frágiles cartílagos, sólo se han conservado como fósiles las gruesas placas que cubrían su cabeza y cuello. Aunque estas placas conservan las mandíbulas dentadas del depredador, revelan poco sobre el resto de su cuerpo.
Según Engelman, no obstante, la longitud de la cabeza es un indicador fiable del tamaño corporal de los peces: las especies cortas suelen tener la cabeza más corta y las largas, más larga.
El investigador se centró en la zona comprendida entre el ojo y la parte posterior de la cabeza. “El organismo no puede alterar demasiado el tamaño de esta zona porque es donde están el cerebro y las branquias”, explicó Engelman al NYT. “Si tus branquias se hacen demasiado pequeñas, te asfixias”.