El éxito de la serie surcoreana El juego del calamar (Squid Game) es evidente. Tanto es así que el título no solo es el más popular en Netflix, sino que ha conseguido sobrepasar todas las barreras, incluidas las de su hérmetica vecina Corea del Norte.
El territorio, en el que a pesar del yugo del régimen comunista se consume contenido tanto de la cultura surcoreana como internacional, no ha perdido la oportunidad de aprovechar el éxito de la serie para hacerse propaganda.
Desde Arirangmeari.com, sitio web estatal del país gobernado por Kim Jong-Un, las autoridades norcoreanas envían un mensaje en el que critican tanto al capitalismo como al modo de vida surcoreano.
“Se dice que el drama televisivo Squid Game se hizo popular entre los espectadores porque indaga en la realidad de la sociedad capitalista de Corea del Sur, donde la competencia extrema por la supervivencia y la codicia de los débiles son desenfrenadas”, se comenta en el sitio.
Corea del Norte y Corea del Sur vivieron una guerra civil entre 1950 y 1953 que enfrentó a comunistas y capitalistas por el control de la península de Corea. En 1986, Corea del Sur se convirtió en una democracia y en la actualidad es la duodécima economía más grande del mundo. Por su parte, Corea del Norte es gobernada desde 1948 por un régimen autoritario por la familia Kim y su PBI es de poco más de $ 27,000 millones.