Un notable avance médico lograron investigadores estadounidenses al crear un casco magnético para tratar un tumor mortal en el cerebro y cuyos primeros análisis dan indicios de resultados positivos y efectivos.
El casco funciona con tres grandes imanes conectados a un microprocesador y alimentados por una batería, que crean un campo magnético alrededor de la cabeza. El dispositivo se utilizó en un paciente de 53 años diagnosticado con un tumor cancerígeno llamado glioblastoma; el tratamiento se llevó a cabo durante cinco semanas tanto en una clínica como en la casa del paciente, inicialmente por dos horas al día hasta llegar a un máximo de seis diarias.
Los análisis posteriores revelaron que el tumor se redujo en un tercio y todo indicaría que aquella reducción está relacionada al tratamiento con el casco, lo que abriría la puerta para futuras terapias que resulten mucho menos invasivas y tóxicas que las actuales.
En este caso, se observó también que no hubo efectos adversos en el tratamiento y que además el paciente tuvo mejoras tanto en el lenguaje como en sus funciones cognitivas.
Sin embargo, el paciente falleció tres meses después de finalizar el tratamiento, pero por causas no relacionadas al glioblastoma y debido a “una desafortunada lesión”, de acuerdo al artículo publicado en Frontiers in Oncology.
Los inventores del casco creen que este tipo de tratamiento podría presentar ciertas ventajas respecto a los que existen en la actualidad. De la misma manera, la investigación es preliminar, ya que se probó en un único paciente y se necesitan más pruebas y estudios para concluir con certeza sobre su efectividad.