Megalodón no es solamente el nombre de una taquillera cinta de Hollywood de 2018. Es también la denominación de un enorme antepasado de los tiburones que vivió en el período Cenozoico, hace aproximadamente entre 15 y 3.6 millones de años.
Este lunes se dio a conocer un estudio de la Universidad DePaul, en Chicago, que da luces acerca de las verdaderas dimensiones de este gigante marino.
La investigación demuestra que el Otodus megalodon alcanzó los 15 metros (50 pies) de largo, un valor atípico porque prácticamente todo el resto de los tiburones no planctívoros presentan un tamaño máximo de 7 metros (23 pies), y solo unos pocos tiburones que comen plancton, como el tiburón ballena y el tiburón peregrino, se acercan a ese tamaño.
Se ha propuesto anteriormente que la sangre caliente condujo al gigantismo (más de 6 metros o 20 pies) en múltiples linajes de tiburones lamniformes, como el megalodón.
Este nuevo estudio sugiere que el canibalismo en el útero de las madres puede haber ayudado a la aparición del mayor tiburón carnívoro de todos los tiempos.
“Creemos que se dio un comportamiento caníbal único dentro de las madres. Los embriones que nacieron temprano comieron los otros huevos para nutrirse. Esta puede ser una posible causa del gigantismo alcanzado por los tiburones lamniformes”, destaca el paleontólogo Kenshu Shimada, autor principal del estudio.
“Además, el aumento del calor interno en los megalodones hizo que crecieran las demandas fisiológicas de los embriones, que alcanzaron longitudes considerables. Esto habría requerido que las madres se alimentaran de manera más activa dando lugar a “super carnívoros” aún más energéticos que llegaron al gigantismo”, concluye el experto.