La posibilidad de utilizar microalgas como fuente potencial de bio-combustible ha sido discutida durante mucho tiempo, pero no está exenta de desafíos. El principal problema es la misma situación que afecta a una gran cantidad de tecnología prometedora: el manejo efectivo de llevarla a gran escala, y crecer lo suficiente de una manera eficiente.
Afortunadamente, un nuevo trabajo de investigación de Bendy Estime, candidato a un Doctorado de Ingeniería Biomédica y Química de la Universidad de Syracuse, sugiere un nuevo método diez veces más rapido y efectivo que el tradicional.
Relacionado: Científicos españoles imprimen piel humana en una bioimpresora 3D
«Esta investigación propone una forma eficiente de energía para cultivar y cosechar microalgas», dijo Estime a Digital Trends. «Al permitir que las microalgas crezcan en un ambiente confinado, se puede evitar el costo de la mezcla y se puede controlar mejor la distribución y absorción de la luz. La simplificación del proceso de recolección de biomasa de microalgas hace que esta tecnología sea aún más destacada».
El trabajo de Estime aborda varios problemas en el cultivo de microalgas. Estos incluyen su tendencia a adherirse a las paredes de los contenedores, por lo tanto bloquear la luz es necesario para el crecimiento. También, requieren constante agitación para asegurarse de que la luz alcance los lugares correctos, y la tarea final, que lleva mucho tiempo, de separar las algas del líquido que las contiene.
Para resolver todos estos problemas de una sola vez, Bendy Estime ha desarrollado un nuevo medio de crecimiento llamado Tris-acetato-fosfato-Pluronic (TAPP), que puede transformarse de una solución líquida a un gel con variaciones relativamente pequeñas de temperatura.
Cuando la microalga es sembrada por primera vez, se mantiene a 15 grados celsius, lo que la convierte en una solución. Cuando se calienta por sólo 7 grados, se convierte en una mezcla gelatinosa en la que microalgas crecen en racimos diez veces mayores que en el medio regular. Por último, se enfría de nuevo para la cosecha, momento en el que se convierte nuevamente en una solución, que se puede separar mediante la gravedad.
Este sistema podría resultar en la cosecha de microalgas a diez veces la velocidad de los sistemas tradicionales, y de una manera que sea altamente eficiente en energía. «Esta tecnología tendrá aplicaciones primarias en la producción de biomasa de microalgas a gran escala para la producción de bioenergía, o aplicaciones farmacéuticas y nutracéuticas», dijo Estime. «Pero también puede encontrar otras aplicaciones en otros campos, como el control de la contaminación biológica».