Las estrellas supergigantes rojas son las principales candidatas en el universo para convertirse en supernovas, ya que sus enormes tamaños y lo frías que se ponen al final de sus vidas por la falta combustible las hace colapsar para transformarse.
A través de sus vastos vientos estelares, estas mega estrellas lanzan elementos pesados al espacio, por lo que juegan un papel importante en proporcionar los elementos esenciales para la vida en el universo.
Una de ellas y de las más cercanas a la Tierra es la supergigante roja llamada Antares, prima de Betelgeuse. Y un equipo internacional de astrónomos usando el telescopio Atacama Large Millimeter / submillimeter Array (ALMA) y Karl G. Jansky Very Large Array (VLA) de la National Science Foundation revelaron el tamaño y la temperatura de la atmósfera desde arriba de la superficie de la estrella.
Este hallazgo además constituye el mapa de radio más detallado que tenga una estrella después de nuestro Sol.
El diámetro de Antares es aproximadamente 700 veces más grande que el Sol. Pero cuando ALMA y el VLA revelaron su atmósfera a la luz de la radio, la supergigante resultó ser aún más gigantesca.
Eamon O’Gorman, del Instituto de Dublín para Estudios Avanzados en Irlanda y autor principal del estudio publicado en la edición del 16 de junio de la revista Astronomía y Astrofísica comentó que, «el tamaño de una estrella puede variar dramáticamente dependiendo de con qué longitud de onda de luz se observe. Las longitudes de onda más largas del VLA revelaron la atmósfera de la supergigante a casi 12 veces el radio de la estrella».
Según se explica en el estudio, «los radiotelescopios midieron la temperatura de la mayor parte del gas y el plasma en la atmósfera de Antares. Lo más notable fue la temperatura en la cromosfera. Esta es la región sobre la superficie de la estrella que se calienta por los campos magnéticos y las ondas de choque creadas por la vigorosa convección en la superficie estelar, muy similar al movimiento burbujeante en una olla de agua hirviendo. No se sabe mucho sobre las cromosferas, y esta es la primera vez que se detecta esta región en ondas de radio».
La cromósfera de Antares tiene una temperatura que alcanza los 3,500 grados Celsius (6,400 grados Fahrenheit).
El coautor de la investigación, Keiichi Ohnaka, de la Universidad Católica del Norte en Chile, quien previamente observó la atmósfera de Antares en luz infrarroja señaló que, «creemos que las estrellas supergigantes rojas, como Antares y Betelgeuse, tienen una atmósfera no homogénea. Imagine que sus atmósferas son una pintura hecha de muchos puntos de diferentes colores, que representan diferentes temperaturas. La mayor parte de la pintura contiene puntos del gas tibio que los radiotelescopios pueden ver, pero también hay puntos fríos que solo los telescopios infrarrojos pueden ver, y puntos calientes que ven los telescopios UV. Por el momento no podemos observar estos puntos individualmente, pero queremos intentarlo en futuros estudios».