La red social más grande de China y la más popular y casi única es WeChat, un servicio de mensajería que en el país asiático sirve además para hacer las compras, compartir contenido y hasta para enviar códigos QR para detectar el coronavirus.
A propósito del brote del COVID-19, un informe publicado el martes por el Laboratorio de Ciudadanos de la Universidad de Toronto analizó dos plataformas de redes sociales chinas: esta aplicación y el sitio de transmisión en vivo YY.
La investigación revela que varias palabras y términos están siendo censurados y puestos en una lista negra, en una decisión que no se sabe si tiene que ver con el Comité Central del Partido Comunista Chino o más bien con las mismas autoridades de las plataformas de redes sociales.
En el caso de YY, por ejemplo, se habían agregado 45 palabras clave a su lista negra el 31 de diciembre, todas referentes al virus. la selección incluyó los términos «neumonía de Wuhan desconocida» y «brote de SARS en Wuhan». Todo esto previamente a que se diera a conocer el nombre de COVID-19 y la alarma mundial.
Lo de WeChat es más extremo: censuró 132 combinaciones de palabras clave entre el 1 y el 31 de enero. Luego, bloqueó 384 palabras clave nuevas entre el 1 y el 15 de febrero.
Estas incluyen las que hacen referencia a los líderes chinos, incluido el presidente Xi Jinping, así como referencias a las políticas gubernamentales sobre el manejo de la epidemia y las respuestas al brote en Hong Kong, Taiwán y Macao.
Ejemplos de combinaciones censuradas:
- «Autoridades locales + Epidemia + Central (gobierno) + Encubrimiento» y «Wuhan + Obviamente + Virus + Transmisión de humano a humano».
- Referencias a Li Wenliang, que fue el primer médico que alarmó sobre el coronavirus.
Patrick Poon, investigador de Amnistía Internacional, calificó como «espantoso ver que se censura una amplia gama de términos, incluso algunos no sensibles».
En diálogo con BBC, dijo que ello «muestra cuán obsesionado y preocupado está el gobierno chino al tratar de frenar cualquier discusión… que quede fuera de la narrativa oficial. Se trata totalmente de control social y priva a los ciudadanos de sus derechos a la libertad de información y expresión».