Si eres una de las personas que no disfruta escuchar notas de voz o audios de WhatsApp, probablemente los reproduzcas a una velocidad de 2x para terminar rápidamente con el “suplicio” y ahorrar tiempo. Sin embargo, expertos en neurociencia advierten que escuchar mensajes a mayor velocidad puede tener un impacto negativo en la salud cerebral a largo plazo.
La popularidad de la reproducción rápida
Esta tendencia de ver y escuchar contenido a una velocidad acelerada se conoce como “speedwatching” (visualización veloz) y es cada vez más común, no solo en WhatsApp, sino también en plataformas como Netflix, TikTok y Spotify. En YouTube, los videos se pueden acelerar desde 2010, pero el cambio real llegó cuando WhatsApp incorporó en 2021 la posibilidad de reproducir audios a diferentes velocidades. Ahora, en redes sociales como TikTok, también es posible aumentar la velocidad de reproducción.
Según Neal Mohan, director de producto de YouTube en 2022 y actual CEO, los usuarios ahorraron “un promedio de más de 900 años de tiempo de video por día al mirar a velocidades más rápidas”. Sorprendentemente, incluso han recibido solicitudes para agregar velocidades de reproducción del triple o el cuádruple de la normal.
Problemas cognitivos, de memoria y de concentración
De acuerdo con Diego Redolar, profesor de Neurociencia y Vicedecano de Investigación de la Facultad de Psicología en la Universitat Oberta de Catalunya, reproducir notas de voz a velocidades rápidas, como 1.5x o 2x, podría causar problemas cognitivos e incluso afectar la memoria a corto plazo de los usuarios.
“Cuando escuchamos un mensaje más rápido, acortamos el tiempo de escucha, pero perdemos muchos de los aspectos vinculados al propio mensaje, como la prosodia, que incluye las pausas, las inflexiones de la voz y el tono”, señala Redolar. Estos elementos son procesados por la amígdala cerebral y son difíciles de percibir si aceleramos la reproducción.
Redolar también menciona que la práctica de acelerar la reproducción de un contenido audiovisual puede ayudarte a ajustar el contenido a tu horario diario. El cerebro intenta adaptarse al recibir un mensaje acelerado. “Se adapta a la información por el contexto global del mensaje. Ahí trabaja la corteza prefrontal, que incluso es positivo potenciarla”, detalla Redolar.
Sin embargo, esto cambia la forma en que funciona el lenguaje, centrándonos en el contexto global en lugar de en los detalles. Esto puede llevar a rebobinar el audio, ya que la corteza prefrontal no da abasto, deteriorando la comprensión del contenido, según un estudio de la Asociación Americana de Psicología (APA).
La concentración también se ve afectada. Escuchar un audio más rápido requiere más concentración, lo que puede derivar en una capacidad de concentración intensa pero más corta en el tiempo. Esto podría acostumbrarnos a un ritmo de estímulos más rápido que el de la realidad, generando problemas para tolerar ritmos más lentos y procesamientos más profundos, según Jacobo Albert, profesor de Neuropsicología en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
En un cerebro en desarrollo, hasta los 25 años, los riesgos son aún mayores. El uso de nuevas tecnologías en edades de aprendizaje puede modificar ciertos patrones, dificultando los procesos analíticos necesarios para la adquisición del mensaje. Redolar advierte de los riesgos en las redes neuronales de la atención de los jóvenes, que pueden verse modificadas si un niño se acostumbra a recibir información de manera rápida.
Una sociedad acelerada
Los videos, audios y podcasts reproducidos a mayor velocidad responden a los ritmos de una sociedad acelerada, según Elisa Brey, profesora de Sociología y Comunicación Política en la Universidad Complutense de Madrid. “Vivimos en una sociedad que quiere desprenderse del tiempo y de lo que implica tener un tiempo limitado”, apunta Brey en El País.
Internet ha hecho que haya muchísimo contenido disponible, creando un ciclo interminable de consumo y producción. Para ver todo lo posible, reproducimos el contenido a gran velocidad, pero terminamos atrapados en un ciclo donde no logramos conectarnos realmente con lo que estamos viendo.
Aunque escuchar audios en WhatsApp a velocidades más rápidas puede parecer una forma eficiente de ahorrar tiempo, los efectos negativos potenciales en la memoria y la comprensión del contenido sugieren que es mejor escuchar a una velocidad normal para aprovechar al máximo el mensaje.