Parece que el idilio entre los ejecutivos de WhatsApp y Facebook, su compañía matriz, está llegando a su fin. El CEO de WhatsApp, Jan Koum, anunció que planea dejar la empresa después de no llegar a un acuerdo sobre la privacidad de datos y el modelo de negocio de la aplicación de mensajería.
Según personas familiarizadas con las discusiones internas y entrevistadas por el Washington Post, el problema principal se basa en los intentos de Facebook de usar los datos personales de los usuarios de WhatsApp y debilitar su encriptación, lo que va en contra de la estrategia del popular servicio de mensajería.
Koum confirmó su partida hoy en una publicación personal en Facebook, aunque no hizo referencia a las alegaciones de la razón de su partida. “Ha pasado casi una década desde que Brian y yo comenzamos WhatsApp, y ha sido un viaje increíble con algunas de las mejores personas. Pero es hora de seguir adelante”, escribió Koum. “Me voy en un momento en que las personas usan WhatsApp en más formas de las que podría haber imaginado. El equipo es más fuerte que nunca y continuará haciendo cosas increíbles”.
Dijo también que se tomará un tiempo libre para hacer cosas que disfruta fuera de la tecnología, como coleccionar Porsches raros, trabajar en sus autos y jugar al ultimate frisbee. “Y seguiré alentando a WhatsApp, pero solo desde afuera. Gracias a todos los que hicieron posible este viaje”, concluyó.
Su despedida no se quedó si una respuesta del CEO de Facebook. Mark Zuckerberg respondió a Koum también públicamente, expresando su aprecio por el ejecutivo. “»Jan: extrañaré trabajar tan estrechamente contigo. Estoy agradecido por todo lo que has hecho para ayudar a conectar el mundo, y por todo lo que me has enseñado”, dijo Zuckerberg, explicando que aprendió el poder que tiene la encriptación y el cifrado, y su capacidad para tomar el poder de los sistemas centralizados y devolverlo a las manos de las personas. “Esos valores siempre estarán en el corazón de WhatsApp», añadió.
Facebook adquirió el servicio de mensajería en el 2014, por un monto de casi 22 billones de dólares ($21,800 millones), después de que varios organismos como la Comisión Federal del Comercio (FTC) aprobaran dicha compra y afirmaran que ésta no afectaría la diversidad de información ni las leyes antimonopolio.