Era cuestión de tiempo. Con más de 7,000 millones de reproducciones (7 billones), en noviembre de 2020 el fenómeno infantil Baby Shark se transformó en el video más visto de Youtube, destronando el prolongado liderazgo de Despacito del puertorriqueño Luis Fonsi.
Con un minuto y 21 segundos de duración y su pegajoso (o molesto) estribillo, la canción ha dado vida una serie de productos de marketing, pero además ha incluso ha estado en la polémica al ser usada como instrumento de tortura.
Despacito alcanzó a sumar 1,186 días al frente de la lista de videos más vistos de Youtube, aunque de momento el récord está en manos de Gangnam Style del coreano Psy, que acumuló 1,689 días al frente de la lista.
¿Cómo es que una simple canción infantil publicada en 2016 fue capaz de destronar a un ícono de la industria musical? La explicación es que con gran parte de las guarderías infantiles y escuelas cerradas producto de la pandemia del coronavirus, el video de la compañía surcoreana Pinkfong se ha transformado en uno de los mejores aliados para padres y madres para mantener entretenidos a sus hijos.
¿Quién es el autor?
La canción es de dominio público y no es propiedad de Pinkfong. Por lo mismo, uno de los principales misterios que ha rondado a este éxito musical es quién es su autor.
En Youtube hay múltiples versiones de Baby Shark anteriores a la versión coreana, aunque muchas de ellas tienen un trágico final, incluyendo un salvavidas desmembrado.
Según el portal Vulture, la única evidencia del autor original de la canción provienen de algunos adultos, que escucharon la canción en campamentos de verano cuando eran niños en actividades de la iglesia.
Pete Vigeant, autor de la versión más antigua disponible en YouTube, subida en 2008, afirma que conoció esta canción cuando trabajaba en un campamento de verano. “Estaba trabajando en un campamento de la YMCA. Dirigí todas las actividades y canté canciones, y una niña de 6 años me enseñó ‘Baby Shark’ en 2001”, afirma.
Lo cierto es que solo se convirtió en un fenómeno mundial tras ser grabada en 2016 para Pinkfong por la cantante coreana-estadounidense Hope Segoine, de 10 años.
Primero se volvió viral en el sudeste asiático, y luego extendió su éxito hacia América y Europa: alcanzó el número 6 en la lista de singles del Reino Unido y el número 32 en Estados Unidos.
Sin embargo, en 2019 la compañía coreana fue demanda por el compositor infantil Jonathan Wright, quien afirma que había grabado una versión similar a la de Pinkfong en 2011, consigna The Guardian.
Wright argumentó que tenía los derechos de autor sobre su propia versión. Por el momento, el caso sigue abierto.