Tener escalofríos, pérdida del apetito, cefalea o sufrir dolores musculares también podrían ser señales de que una persona ha contraído COVID-19.
Así lo estableció un estudio del Imperial College del Reino Unido, que reveló síntomas adicionales que estarían relacionados con la enfermedad respiratoria en más de un millón de personas.
Los síntomas fueron identificados a partir de pruebas de hisopo aleatorio y entrevistas a personas contagiadas entre junio de 2020 y enero de 2021.
Estas señales se suman a la tos persistente, fiebre, disgeusia (pérdida del sentido del gusto) y anosmia (pérdida del olfato), considerados los síntomas clásicos del COVID-19.
Según los investigadores, cuantos más síntomas tenían las personas, más probabilidades había de que dieran positivos en las pruebas.
“Entendemos que hay una necesidad de criterios de prueba claros, y que incluir muchos síntomas comunes a otras enfermedades, como la gripe estacional, podría obligar innecesariamente a autoaislarse. Espero que estos hallazgos de síntomas más informativos ayuden a identificar a más personas infectadas”, afirmó el investigador Joshua Elliott.
Diferencias por edad
Sin embargo, uno de los hallazgos más llamativos es que, salvo los escalofríos, hubo variaciones según los diferentes grupos de edad.
Los dolores de cabeza se informaron con más frecuencia en niños de 5 a 17 años, la pérdida del apetito en los adultos mayores de 18 y los dolores musculares entre los 18 y 54 años.
El grupo de 5 a 17 años también fue menos propenso a reportar fiebre, tos persistente y pérdida del apetito, en comparación con los adultos.
El estudio REACT también analizó si los síntomas informados cambiaron antes y después de que la variante B.1.1.7 se convirtiera en la dominante en el Reino Unido.
“A medida que la epidemia avanza y surgen nuevas variantes, es esencial que sigamos monitoreando cómo el virus afecta a las personas”, precisó Elliott.