Tu próxima radiografía podría dejar de ser en blanco y negro y traer una gama de colores, gracias al laboratorio de física de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) y a una compañía startup de Nueva Zelanda.
La tecnología de rayos X a colores, que podría ayudar a mejorar el campo del diagnóstico médico, utiliza la tecnología de rastreo de partículas que fue desarrollada para las masivas instalaciones del Large Hadron Collider, el acelerador de partículas más grande del mundo de CERN.
Según la organización, podría utilizarse para producir imágenes más claras y precisas, en comparación con las radiografías tradicionales en blanco y negro que los centros médicos han estado utilizando desde al menos los años treinta. Esto debería ser especialmente valioso en el diagnóstico de ciertas enfermedades y condiciones, incluido el cáncer y las enfermedades del corazón, ya que proporciona más detalles sobre los componentes químicos del cuerpo.
La tecnología, integrada en un escáner, está siendo comercializada por una nueva empresa neozelandesa llamada Mars Bioimaging, que recientemente realizó la primera radiografía a color del mundo de partes del cuerpo humano, en este caso, mostrando un tobillo y una muñeca (en la que se incluso se puede ver un reloj pulsera). Para conocer más al respecto, nos comunicamos con uno de los miembros del equipo que ayudó a inventar el escáner de la compañía.
«Los escáneres de Mars utilizan un detector que usa la información de color o energía de los rayos X, que los detectores tradicionales no usan», dijo a Digital Trends el Dr. Phil Butler, físico de la Universidad de Canterbury en Nueva Zelanda.»Esta información de color o energía de los rayos X, también conocida como información espectral, se usa para distinguir átomos o materiales diferentes entre sí, como el calcio del yodo. Además, los escáneres Mars tienen un tamaño de píxel mucho más pequeño, lo que significa que es posible generar mil veces más información que los sistemas de TC existentes para la misma dosis».
Phil Butler co-desarrolló el escáner junto a su hijo Anthony Butler, radiólogo y catedrático de las Universidades de Canterbury y Otago. La tecnología ya está disponible en forma de un escáner de pequeño calibre, para llevar a cabo investigaciones médicas. Ambos ahora planean producir escáneres que puedan ser disponibles comercialmente para su uso en pacientes.
«Existen amplias aplicaciones para esta tecnología», continuó Phil Butler. «Ya hemos demostrado usando nuestro sistema de calibre pequeño que se puede utilizar para investigar la composición de las placas que causan accidentes cerebrovasculares, medir el deterioro de los cartílagos, ver las interfaces de implantes óseos, y detectar cánceres pequeños en ratones».
Este parece ser el futuro de las radiografías. Si los planes progresan sin contratiempos, y con el apoyo necesario, este podría convertirse en un equipo estándar que poco a poco se implemente en hospitales de todo el mundo.