Nueva Zelanda destaca como una de las naciones que mejor ha enfrentado la pandemia de coronavirus. Por lo mismo, las medidas que ha adoptado sirven al resto de los países como referencia o un camino a seguir.
Ahora, la primera ministra Jacinda Ardern decretó el confinamiento por tres días de los más de cinco millones de habitantes del país, luego de que se detectara un caso positivo en Auckland, el primero desde el 28 de febrero.
Esta decisión se debe ante la preocupación de que este caso corresponda a la variante Delta. La medida entrará en vigor a partir de este martes 17 de agosto. Sin embargo, los habitantes de Auckland y de la península de Coromandel permanecerán confinados durante siete días.
“Tenemos solo una oportunidad. Necesitamos ir con fuerza y temprano para detener las transmisiones”, señaló a los periodistas la máxima autoridad de la nación.
De esta manera, los neozelandeses solo podrán salir de sus hogares usando mascarilla para realizar las compras, practicar deporte o someterse a las pruebas de detección de COVID-19, entre otras razones esenciales.
Por su parte, las autoridades sanitarias explicaron que la persona contagiada es un hombre de 58 años que viajó el último fin de semana a la península de Coromadel, quien habría comenzado su periodo infeccioso el jueves pasado.
Por el momento no se ha podido detectar el origen del virus ni determinar si se filtró desde los centros de cuarentena para los viajeros internacionales.
Ashley Bloomfield, director general de Salud de Nueva Zelanda, destacó la urgencia de que todo el territorio adopte las medidas necesarias para evitar otro contagio.
“Si bien este caso se ha identificado en Auckland, requiere que todos nosotros seamos parte de la respuesta. Es un asunto nacional”, afirmó la autoridad sanitaria.
Desde que comenzó la pandemia, Nueva Zelanda registra más de 2,900 contagios y 26 fallecidos.