La NASA llevaba varios días trabajando en una propuesta para ayudar a encontrar una solución rápida para la construcción de ventiladores para asistir en la pandemia de coronavirus.
Y un grupo de ingenieros del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) lograron construir un prototipo en 37 días, producto que pasó una prueba crítica el martes 22 de abril en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai en Nueva York, un epicentro de COVID-19 en los Estados Unidos.
El dispositivo, llamado VITAL (Tecnología de intervención de ventilación accesible localmente) se está comenzando a implementar.
Palabras sobre eso tuvo el director de JPL, Michael Watkins, quien indicó que, «nos especializamos en naves espaciales, no en la fabricación de dispositivos médicos. Pero la ingeniería excelente, las pruebas rigurosas y la creación rápida de prototipos son algunas de nuestras especialidades. Cuando las personas en JPL se dieron cuenta de que podrían tener lo necesario para apoyar a la comunidad médica y a la comunidad en general, sintieron que era su deber compartir su ingenio, experiencia y manejar».
Después de pasar las primeras pruebas, la NASA pidió con urgencia a la FDA de Estados Unidos una aprobación rápida del dispositivo; lo que en tiempos normales tarda años, ahora fue en cosa de días.
El doctor Matthew Levin, director de Innovación para el Laboratorio de Simulación Humana en la Escuela de Medicina Icahn se refirió a la contribución de la NASA.
«Estamos muy satisfechos con los resultados de las pruebas que realizamos en nuestro laboratorio de simulación humana de alta fidelidad. El prototipo de la NASA funcionó como se esperaba en una amplia variedad de condiciones de pacientes simuladas. El equipo confía en que el ventilador VITAL podrá ventilar de manera segura a los pacientes que padecen COVID-19 aquí en los Estados Unidos y en todo el mundo».
Como todos los ventiladores, VITAL requiere que los pacientes sean sedados y que se les inserte un tubo de oxígeno en las vías respiratorias para respirar. El nuevo dispositivo no reemplazaría los ventiladores hospitalarios actuales, que pueden durar años y están diseñados para abordar una gama más amplia de problemas médicos. En cambio, VITAL está diseñado para durar de tres a cuatro meses y está específicamente diseñado para pacientes con COVID-19.