Más por un tema social, Bill Gates ha argumentado que la posible vacuna contra COVID-19 debe estar disponible para los países y personas que más la necesiten. Ahora, Kristalina Georgieva, directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), llamó a la comunidad internacional a cooperar en el desarrollo y distribución del antídoto, lo que podría agregar unos $9 billones a los ingresos mundiales durante el próximo lustro.
«Un progreso más rápido en las soluciones médicas podría acelerar la recuperación: podría agregar casi $9 billones a los ingresos mundiales para 2025», precisó Georgieva.
La directora añadió que el trabajo mundial en este sentido también ayudaría a reducir la brecha de ingresos entre las naciones más ricas y las más pobres.
Un reporte de ABC News indicó que sus comentarios se dan después de las sombrías perspectivas económicas mundiales de octubre del FMI, que proyectan una profunda recesión: se estima que el producto interno bruto mundial se podría contraer un 4.4% en 2020.
Gita Gopinath, economista principal del FMI, manifestó que es necesaria una mayor colaboración internacional para poner fin a esta crisis de salud.
«Se están logrando enormes avances en el desarrollo de pruebas, tratamientos y vacunas, pero solo si los países trabajan en estrecha colaboración, habrá suficiente producción y distribución generalizada en todas las partes del mundo para poner fin a la pandemia», acotó Gopinath.
Por el momento, en Estados Unidos, la atención está centrada en las vacunas contra COVID-19 de Pfizer y la firma de biotecnología Moderna, de Massachusetts, las cuales esperan solicitar la aprobación de emergencia a finales de noviembre.