Según una investigación realizada por la Universidad de Toronto, los cambios en la manera de conducir un vehículo a lo largo del tiempo podrían ayudar a diagnosticar alzhéimer.
Si bien la manera de manejar cambia en todas las personas con los años, en algunas aparecen diferencias sutiles en la forma de controlar un vehículo y que, según los científicos, estarían relacionadas con las primeras fases de esta enfermedad.
En Estados Unidos, un grupo de personas mayores de 65 años aceptó que se vigilara su conducción durante un año. Los investigadores descubrieron que era posible detectar el comienzo de la enfermedad sin recurrir a procedimientos médicos invasivos y costosos.
Entre las 139 personas que formaron parte del estudio, las pruebas médicas habían demostrado que la mitad ya tenía la enfermedad de Alzheimer en una fase muy temprana o preclínica. La otra mitad no la tenía.
Así, quienes ya habían sido diagnosticados, tendían a manejar más despacio, a hacer cambios bruscos, a viajar menos por la noche y a registrar menos kilómetros en general. También visitaban una menor variedad de destinos cuando conducían y se apegaban a rutas más limitadas.
“La forma en que las personas se mueven en su entorno cotidiano, desde los lugares que visitan hasta la forma en que conducen, puede decirnos mucho sobre su salud”, explica Sayeh Bayat, de la Universidad de Toronto, quien dirigió el estudio.
A partir de los datos sobre conducción, los investigadores pudieron diseñar un modelo que podía predecir la probabilidad de que alguien tuviera alzhéimer preclínico solo por su edad y los datos de conducción por GPS. Según ellos, la precisión fue de 86 por ciento.
“Utilizando estos pocos indicadores se puede realmente, con una confianza muy alta, identificar si una persona tiene la enfermedad de Alzheimer preclínica o no”, agrega Bayat.