Un grupo de fanáticos del expresidente Donald Trump quiere que se detenga el proceso de vacunación contra el COVID-19 en Estados Unidos.
Para conseguir esto, el grupo autodenominado America’s Frontline Doctors presentó una moción ante el Departamento de Salud y Servicios Humanos, agencia matriz de la FDA, para pedir una orden judicial que detenga todas las vacunaciones de COVID-19 en aquel país.
De acuerdo con la petición, en el Tribunal del Distrito Norte de Alabama las vacunas que han recibido la autorización de uso de emergencia por parte de la FDA no evitan realmente la propagación del coronavirus. Por supuesto, esta afirmación no es correcta.
Además, los responsables de America’s Frontline Doctors aseguraron que la autorización de uso de emergencia nunca debería haberse otorgado, ya que la pandemia del coronavirus no es una emergencia.
“Los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades muestran que las vacunas no son efectivas para tratar o prevenir el SARS-CoV-2 o el COVID-19”, afirmó de manera irresponsable este grupo.
La demanda también afirma, sin argumentos, por supuesto, que las vacunas administradas en Estados Unidos han matado por lo menos a 45,000 personas.
Por último, el grupo de fanáticos advierte que las medidas sanitarias adoptadas para reducir los contagios serían idénticas a los métodos de lavado de cerebro comunistas, identificados por primera vez en la década de los cincuenta.
Es poco probable que esta demanda tenga efecto, en especial porque se trata de una docena de páginas llenas de teorías conspirativas y afirmaciones científicas sin sustento.