El envío de correos electrónicos debido al trabajo ha aumentado luego de la crisis sanitaria y la adopción del funcionamiento remoto.
Un estudio de la Universidad de Illinois en Chicago ha demostrado que enviar correos electrónicos groseros en el lugar de trabajo puede ocasionar estrés persistente.
La investigación fue publicada en el Journal of Occupational Health Psychology.
En este caso, los correos groseros son aquellos que utilizan mayúsculas o signos de exclamación, y también recurren al uso de emojis con el ceño fruncido, los cuales también son considerados como descorteses.
El estudio también determinó que este tipo de correos pueden tener un efecto negativo en las responsabilidades laborales, la productividad y pueden estar relacionados con el insomnio.
«Dado el uso prevalente de los correos electrónicos en el lugar de trabajo, es razonable concluir que este problema se está convirtiendo en una preocupación cada vez mayor», señaló el profesor Zhenyu Yuan, autor principal del estudio.
Yuan y sus colegas encuestaron a 233 empleados en Estados Unidos y registraron sus experiencias con este tipo de mensajes.
Al mismo tiempo, llevaron a cabo un seguimiento diario para examinar los efectos secundarios de estos correos y descubrieron que los empleados presentaban dificultades para conciliar el sueño debido a la fuerte carga emocional que esto les causaba.
A raíz de la investigación, concluyeron que este tipo de correos electrónicos no solo tenía un efecto negativo en las responsabilidades laborales y productivas, sino que también terminaban afectando negativamente la salud y bienestar de los trabajadores involucrados.