Una nueva investigación realizada por la Universidad de Arizona, en Tucson, advirtió sobre un antiguo coronavirus, o un patógeno estrechamente relacionado, que habría desencadenado una epidemia en Asia Oriental hace 25,000 años.
El análisis de ADN en más de 2,000 personas muestra que los cambios genéticos en respuesta a esa persistente epidemia se acumularon a lo largo de los siguientes 20 años, de acuerdo con los investigadores.
Este trabajo plantea la posibilidad de que, en la actualidad, algunos asiáticos hayan heredado adaptaciones biológicas a los coronavirus o a otros virus similares.
Así, el descubrimiento abre el camino para explorar cómo los genes vinculados a antiguas epidemias virales pueden ayudar a los brotes de enfermedades modernas, como la pandemia de COVID-19.
También, los genes con historias virales antiguas podrían entregar pistas a los investigadores que buscan mejores medicamentos antivirales, aunque de acuerdo con los científicos eso está por demostrarse.
“Estos resultados demuestran que los asiáticos han estado expuestos a epidemias similares a las de los coronavirus durante mucho tiempo y están más adaptados [genéticamente] a las epidemias de estos virus”, afirma el genetista evolutivo Lluis Quintana-Murci, del Instituto Pasteur de París.
Los investigadores estiman que se necesitan estudios genéticos a gran escala en los habitantes modernos de esta región de Asia, además del sondeo de ADN humano en los últimos 25,000 años, para explorar cómo las variantes genéticas identificadas pueden ayudar a la infección por COVID-19 u otras provocadas por coronavirus.
Los autores también esperan que estas variantes puedan suponer una oportunidad para desarrollar tratamientos contra el COVID-19.