Científicos británicos han alertado sobre complicaciones cerebrales observadas en enfermos de COVID-19, que al cierre de esta edición contabilizaba 11.6 millones de contagiados y más de 539,000 casos fatales, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins.
Accidentes cerebrovasculares (ACV) y psicosis fueron algunas de las alteraciones citadas por un acotado estudio basado en las observaciones de los médicos que difundió el periódico inglés The Guardian.
Aunque no proporciona “una imagen general clara” sobre tales compñejidades, “los expertos dicen que los hallazgos resaltan la necesidad de investigar los posibles efectos de COVID-19 en el cerebro y la exploración de posibles tratamientos”.
El autor principal del estudio, Benedict Michael, afirmó que existen «crecientes informes de una asociación entre la infección y las posibles complicaciones neurológicas o psiquiátricas, pero hasta ahora, por lo general, se han limitado a estudios de 10 pacientes o menos».
“El nuestro es el primer estudio a nivel nacional de complicaciones neurológicas asociadas con el COVID-19, pero es importante tener en cuenta que se centra en casos que son lo suficientemente graves como para requerir hospitalización», complementó el especialista de la Universidad de Liverpool.
Según The Guardian, si bien los hallazgos representan una especie de fotografía instantánea sobre posibles complicaciones, “deberían tratarse con precaución ya que no es posible sacar conclusiones de los datos sobre la prevalencia”.
Publicado en la revista Lancet Psychiatry, el estudio consideró en pacientes tratados en hospitales del Reino Unido durante abril, es decir, la fase exponencial de la pandemia, que suma más de 287,000 infectados y sobre 44,000 muertos en ese país.
El equipo liderado por Benedict Michael pidió a los médicos tratantes compartir los antecedentes clínicos de los pacientes con COVID-19 que experimentaban “complicaciones neurológicas y psiquiátricas potencialmente relacionadas con la enfermedad”.
De 125 casos informados, el problema más común fue el ACV, certificado en 77 pacientes. De estos, 57 tuvieron un derrame cerebral causado por un coágulo, conocido como derrame cerebral isquémico.
Otros nueve exhibieron un derrame provocado por una hemorragia cerebral y uno tuvo un diagnóstico similar, pero detonado por la inflamación en los vasos sanguíneos del cerebro.
“Anteriormente, se había descubierto que el COVID-19 causaba inflamación severa y coágulos sanguíneos en los pulmones y en otras partes del cuerpo en algunos pacientes”, reseñó el mismo medio.
The Guardian detalló que otras 39 personas manifestaron señales de confusión o cambios en el comportamiento que reflejaron un estado mental alterado, mientras que en siete se observó una inflamación del cerebro denominada encefalitis.
“Los 23 pacientes restantes con un estado mental alterado fueron diagnosticados con afecciones psiquiátricas, como psicosis, un síndrome similar a la demencia, y trastornos del estado de ánimo”, puntualizó.
Si bien la mayoría de los diagnósticos se registraron como nuevos, los investigadores no descartan que pudieron existir antes de la infección por el coronavirus SARS-CoV-2.
Para Michael Sharpe, profesor de medicina psicológica en la Universidad de Oxford, el informe describe casos “sorprendentes” y “nos recuerda que el COVID-19 es más que una infección respiratoria, por lo que debemos considerar su vínculo con una variedad de otras enfermedades».