Las autoridades del Reino Unido echaron pie atrás y decidieron adoptar el modelo desarrollado por Apple y Google para rastrear a los enfermos de COVID-19.
“El diseño ha sido promovido como más centrado en la privacidad. Sin embargo, significa que los epidemiólogos tendrán acceso a menos datos”, señaló BBC.
Acogida previamente por Alemania, Italia y Dinamarca, la fórmula descentralizada propuesta por los gigantes estadounidenses de la tecnología está centrada en el uso de las señales de Bluetooth de los teléfonos inteligentes.
Concretamente, se trata de una interfaz de programación de aplicaciones (API) la herramienta ideada en conjunto por Apple y Google, que sirve como insumo para desarrollar las aplicaciones de rastreo de contactos.
El objetivo de los países europeos es evitar una segunda ola de contagios “registrando cuando dos personas han estado muy próximas entre sí durante un período de tiempo considerable”.
“Si luego se diagnostica a uno de los usuarios con la enfermedad, se puede enviar una alerta a otras personas con las que han estado cerca recientemente, diciéndoles que también deben hacerse la prueba o autoaislarse”, agregó BBC.
Basada en un servidor remoto, la aplicación del Reino Unido mantendrá su interfaz, pero ahora serán los propios teléfonos los que lleven a cabo el proceso de análisis.
Se presume que el modelo de Apple y Google “hace más difícil” que los datos de las personas caigan en manos de las autoridades o piratas informáticos y sean usados para otros fines.
BBC planteó que el cambio de estrategia acarreará varias ventajas, como una mayor eficiencia para los usuarios de iPhone y la compatibilidad con las aplicaciones de países como Alemania.