El coronavirus responsable de la pandemia de COVID-19 podría infectar el cerebro humano y replicarse dentro de sus células, determinaron científicos de la universidad estadounidense Johns Hopkins, informó Financial Times.
Un equipo liderado por Thomas Hartung administró leves cargas de SARS-CoV-2 a pequeñas bolas neuronales conocidas como minicerebros, que crecen a partir de células madre humanas. Al cabo de tres días, el número de copias había aumentado al menos 10 veces.
Si bien no existe estadística respecto de la invasión del patógeno al cerebro, el también experto en toxicología comentó que «es realmente crítico saber que nuestro órgano más preciado puede verse directamente afectado por el virus».
Para elaborar el estudio, los expertos se basaron también en antecedentes recopilados en la ciudad china de Wuhan, donde más de un tercio de los enfermos exhibieron “síntomas neurológicos, incluidos mareos, dolor de cabeza y convulsiones”.
El periódico recalcó que no hay claridad si el virus “afecta directamente al cerebro y las células nerviosas o si tales síntomas son un resultado secundario causado por el daño al sistema inmunológico y cardiovascular”.
Por lo mismo, se ignora si la anosmia (o pérdida del sentido del olfato) que reportan los enfermos es producto de la infección de las neuronas olfativas o bien un efecto secundario, ejemplificó el medio.
“Si el SARS-CoV-2 puede atacar el cerebro humano, tiene que pasar la barrera hematoencefálica que protege al órgano contra muchos virus y productos químicos y, a menudo, previene infecciones”, postuló Financial Times.
Según aclaró Hartung, «aún no se ha demostrado» que el virus sortee dicha prueba, pero se sí se sabe que «las inflamaciones graves, como las observadas en pacientes con COVID-19, hacen que la barrera se desintegre».
Otra de los focos de la investigación de la Universidad estadounidense Johns Hopkins es el posible efecto del nuevo coronavirus en el desarrollo cerebral del feto durante el embarazo. «No tenemos evidencia de que el virus produzca trastornos”, aunque es vital descubrirlo para tomar medidas más estrictas, explicó.
De momento, el estudio de Thomas Hartung y su equipo estaba bajo revisión por pares antes de su publicación en la revista Altex.
Al cierre de esta edición, casi ocho millones de personas se habían contagiado con el SARS-CoV-2 en todo el mundo y poco más de 434,000 habían perdido la vida.