Una carta de un grupo de 239 científicos dirigida a la Organización Mundial de la Salud (OMS), pidiendo actualizar sus pautas de recomendaciones, reabrió la discusión: ¿es posible que el nuevo coronavirus se transmita por vía aérea, más allá de las situaciones particulares de riesgo, como los contextos hospitalarios?
Hasta el momento, la OMS considera que la forma habitual de propagación del COVID- 19 es mediante las gotas expulsadas por una persona portadora de la enfermedad, por lo que recomienda el distanciamiento social, lavado frecuente manos y usar elementos de protección personal (EPP), como mascarillas, en lugares públicos. Sin embargo, los especialistas pidieron sumar a estas recomendaciones medidas como espacios con mayor ventilación y evitar el hacinamiento en lugares estrechos, particularmente el transporte público.
Tras conocer conocer la misiva y los antecedentes aportados por los expertos, el miércoles 8 de julio la agencia sanitaria reconoció que existe «evidencia emergente» de que la propagación de la enfermedad también podría podría darse de forma área o aerotransportada.
¿Cómo resolver esta discusión? La respuesta podrían darla el hámster, de acuerdo las consideraciones del epidemiólogo David Heymann, del centro de estudios británico Chatham House y que se desempeñó como director ejecutivo del Grupo de Enfermedades Transmisibles de la OMS entre 1998 y 2003.
Hámsters en aviones
El especialista participó en un seminario virtual de Chatham House, en el que expuso la posibilidad de que el coronavirus pueda ser aerotransportado, por ejemplo, a través de los ductos del aire acondicionado. De momento, recordó, existen dos formas comprobadas de contagio, la transmisión por gotas (estornudos, saliva), y la exposición prolongada y directa ante una persona portadora de la enfermedad.
Según el especialista, en declaraciones que recoge la revista Science Times, si un grupo de hámsteres es colocado al interior de un avión, se podría determinar si el coronavirus se puede propagar. El uso de animales para corroborar la posible propagación de enfermedades es un enfoque aplicado previamente en estudios clínicos y ha sido usado en investigaciones sobre la tuberculosis, apuntó.
Heymann explicó que una manera de determinar si un virus se transmite a través de partículas en el aire es colocar a un animal en lugares de alto riesgo, como habitaciones de hospital y aviones. Si el animal termina infectado, entonces la transmisión vía aérea es posible.
A juicio del investigador, un experimento de esta naturaleza podría entregar antecedentes respecto de si las personas es están infectando en aviones, restaurantes u otros lugares públicos, considerando el proceso de desconfinamiento iniciado en algunos países.
Reconoció que de momento existe «evidencia anecdótica» de personas infectadas en un restaurante en China, a pesar de mantener el distanciamiento social, por lo que los ductos del aire acondicionado podrían haber jugado un papel central. De todos modos es tajante: se requieren estudios complejos para determinar la forma en la que se propaga realmente el virus.