CoolSculpting es un tratamiento no quirúrgico y no invasivo capaz de eliminar definitivamente la grasa corporal localizada. Además, es un proceso tan rápido y fácil de programar que se puede realizar en una hora de almuerzo.
Por esa razón se ha vendido como la mejor manera de tener una silueta más delgada, sumándole que hay celebridades como Khloe Kardashian, Kris Jenner y Molly Sims que han respaldado el famoso procedimiento.
Se han administrado más de 11 millones de tratamientos de CoolSculpting en todo el mundo, realizados tanto por dermatólogos como cirujanos plásticos. Además, en el último año fue el quinto procedimiento más buscado a nivel mundial, según el sitio de reseñas de cirugía plástica RealSelf.com, donde tiene una calificación “vale la pena” de 69 por ciento (basada en 4.398 reseñas).
Existen procedimientos similares como EmSculpt Neo (que usa energía electromagnética) y Sculpsure (que usa láseres), pero el CoolSculpting es el más popular y ampliamente utilizado para deshacerse de la grasa. Y desde que fue aprobado por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) en 2010 se ha transformado en un negocio de $992 millones de dólares.
Hasta ahí parece como un sueño hecho realidad para las personas que se preocupan por su apariencia, pero nada es perfecto. Como todo procedimiento médico, cosmético o no, existe el riesgo de sufrir efectos adversos.
En septiembre de este año, la supermodelo Linda Evangelista, una de las mujeres más fotografiadas de la década de los noventa, anunció en su cuenta de Instagram que el procedimiento en cuestión la dejó “brutalmente desfigurada”, lo que encendió las alarmas sobre el peligro de este.
“Para mis seguidores que se han preguntado por qué no he estado trabajando mientras las carreras de mis compañeros han prosperado, la razón es que fui brutalmente desfigurada por el procedimiento CoolSculpting de Zeltiq, que hizo lo contrario de lo que prometió”, escribió Evangelista, y agregó que había desarrollado una reacción adversa conocida como HAP o hiperplasia adiposa paradójica.
De acuerdo con su demanda, que fue presentada en una corte federal en Nueva York, a Evangelista su dermatólogo le realizó siete ciclos de CoolSculpting en distintas partes de su cuerpo: abdomen, costados, espalda y área del sostén, parte interna de los muslos y en el mentón, entre 2015 y 2016.
Sin embargo, a los pocos meses del tratamiento, la modelo desarrolló masas duras y dolorosas debajo de la piel en los lugares donde se aplicó el CoolSculpting, y finalmente se le diagnosticó HAP.
La HAP se describe a menudo como el “efecto de barra de mantequilla”, una protuberancia antinatural que toma la forma rectangular del aplicador CoolSculpting. Otras personas experimentan formas irregulares de depósitos de tejido en las áreas tratadas u otros efectos secundarios que se pueden confundir con el aumento de peso.
Los materiales de marketing y seguridad de CoolSculpting dicen que la HAP es un riesgo, pero que es poco común y que se puede corregir con “una intervención quirúrgica”, como, por ejemplo, la liposucción.
Insider entrevistó a cinco mujeres que dijeron que desarrollaron HAP después de CoolSculpting, y al igual que Evangelista, cuatro de ellas tuvieron que someterse a múltiples procedimientos correctivos, sin embargo, ninguna sintió que el problema estaba por completo solucionado. “Se sentía como un delantal de gelatina. Era muy firme y espeso y había una diferencia en la viscosidad”, dijo una de ellas.
El CoolSculpting se relaciona con el concepto criolipólisis (o congelación de grasa), proceso por el cual se eliminan las células grasas debajo de la piel, lo que permite que el cuerpo quede más delgado y esculpido en cuestión de uno a tres meses. Se pueden necesitar varias sesiones, pero el paciente puede entrar y salir en una hora de una.
En la práctica, un técnico jala la piel en el área objetivo entre dos paletas para enfriar el tejido a temperaturas bajo cero.
Según Paul M. Friedman, dermatólogo y cirujano láser cuya práctica ofrece CoolSculpting y que ha escrito artículos y estudios sobre la HAP, dijo que esta curiosa reacción “sigue siendo un evento adverso poco común”, dada la cantidad de tratamientos que se realizan en general.
“La criolipólisis tiene un perfil de seguridad bien establecido y es una opción de tratamiento no invasivo eficaz para los pacientes que son el candidato adecuado para este tratamiento”, agregó Friedman.
Sin embargo, la HAP es una reacción que sigue ocurriendo y de la que no se sabe mucho. No está claro por qué algunas personas la desarrollan y otras no, y tampoco se conoce qué la causa exactamente.
De hecho, cuando el CoolSculpting fue aprobado por primera vez por la FDA en 2010, la HAP no estaba en el radar del organismo. Según el cirujano dermatológico Misbah Khan, esto se debe a que es un fenómeno que se desarrolla entre los adultos casi exclusivamente como resultado de procedimientos de escultura corporal no invasivos como la criolipólisis.
Asimismo, es un fenómeno reciente. La primera vez que se informó sobre la HAP relacionada con CoolSculpting de manera más amplia en la literatura médica fue en 2014. Por otro lado, gran parte de la investigación existente sobre la incidencia de HAP es contradictoria. En 2018, el fabricante Zeltiq estimó que ocurre un caso de HAP por cada 4,000 ciclos de tratamiento (es normal que los pacientes reciban más de un ciclo).
Zeltiq y sus empresas matrices han recibido al menos 7,798 informes de HAP desde 2009, según los documentos judiciales, pero no está claro si un informe representa a un paciente o a una sola área de tratamiento. La compañía confirmó 5,920 de estos casos, pero 1,878 no fueron confirmados.
Por otro lado, los pacientes que han tenido HAP quieren que sus cuerpos vuelvan a la normalidad, pero no es algo que se pueda garantizar. Incluso cuando el diagnóstico es adecuado, resulta difícil tratarla porque la reacción es relativamente nueva. De hecho, una gran cantidad de médicos y cirujanos no están seguros de cómo hacer un manejo eficaz.
“La respuesta inflamatoria puede ser duradera, y cuando se agregan procedimientos quirúrgicos correctivos a la mezcla, hay más trauma y daño a los tejidos que ya están luchando por sanar”, dijo Khan. Por lo que es posible que el tejido nunca vuelva a la normalidad.
“También están lidiando con un metabolismo alterado en general”, agregó. Por eso, algunos pacientes con PAH pueden experimentar un aumento de peso inexplicable en todo el cuerpo como respuesta a las áreas dañadas de grasa.
“La grasa es un órgano. Almacena el exceso de calorías. Cuando se daña la grasa, otros lugares del cuerpo comenzarán a almacenar ese exceso. Estás lidiando con una respuesta global”, dijo el médico.
Finalmente, en el caso de Evangelista, Zeltiq acordó pagar por la liposucción correctiva, pero 24 horas antes del procedimiento programado la compañía desistió, cuando Evangelista se negó a firmar una exención de responsabilidad para la empresa.
Aun así, la modelo se sometió a la cirugía, pero dijo que las masas generadas por la HAP volvieron en unos meses, y lo mismo sucedió después de su segundo procedimiento de liposucción que también la dejó con cicatrices permanentes.
Por esa razón dijo que terminó convirtiéndose en una reclusa. “La PAH no solo destruyó mi sustento, me envió a un ciclo de profunda depresión, tristeza y lo más bajo del autodesprecio”, afirmó la modelo.