La condición es conocida como anosmia y afecta temporalmente el olfato del 60 por ciento de las personas que enfermaron con COVID-19. Sin embargo, estudios científicos señalan que en el 10 por ciento de los casos la afección se puede prolongar durante meses, más allá del periodo de la enfermedad respiratoria.
La psicóloga Julie Walsh-Messinger explica que el efecto podría estar relacionado con el mecanismo del COVID-19 que afecta el sentido del olfato. “El resfriado común causa una respuesta inflamatoria en la nariz que reduce la capacidad para oler; lo que hace único al COVID-19 es que en realidad no es una congestión nasal o inflamación lo que causa la pérdida del olfato, sino que el virus atraviesa la barrera hematoencefálica que penetra el sistema nervioso”, explicó la especialista en una entrevista con el portal The Conversation.
Las consecuencias son más graves de lo que aparentan, según Walsh-Messinger. En una situación de emergencia, condiciona la capacidad de las personas para detectar humo o algún gas tóxico. Otras consecuencias apuntan directamente a la calidad de vida: “La comida ya no sabe bien porque la forma en que se percibe el gusto es en realidad una combinación de olfato, gusto e incluso el sentido del tacto”, afirma.
Pero, a pesar de que cada caso de anosmia por COVID-19 debe ser revisado por un médico, Walsh-Messinger destaca que cada paciente puede realizar ejercicios en casa para recuperar el olfato.
¿Cómo recuperar el olfato a causa del COVID-19?
Un grupo de expertos de la Universidad de East Anglia del Reino Unido ofrece una serie de recomendaciones para tratar las alteraciones del olfato causadas por el SARS-CoV-2. “El mejor tratamiento es el entrenamiento del olfato, aunque las gotas de vitamina A también pueden ser una opción a considerar”, plantea Carl Philpott, profesor de rinología y olfatología de la misma universidad.
Y aunque enfatizamos que el suministro de gotas de vitamina A debe ser recomendado por un médico, los ejercicios de entrenamiento del olfato se pueden realizar sin mayor problema, pues tienen la ventaja de no tener efectos nocivos, no requieren receta médica y pueden realizarse en casa.
Estos ejercicios consisten en oler diferentes aromas, como clavo, rosa, limón y eucalipto. Sin embargo, estos se pueden sustituir con otros como naranja, nuez moscada, café molido, coco o vainilla.
El portal Fifth Sense ofrece una guía especializada que incluye pruebas diagnósticas detalladas. Sin embargo, solo está disponible en inglés.
Los expertos detallan que esta clase de ejercicios estimula la renovación de las células nerviosas especializadas para el olfato, mismas que son atacadas por el COVID-19. No obstante, recuerdan que aquellas personas que experimenten una pérdida prolongada del olfato deben buscar asesoría médica.