Un estudio reciente indicó que la combinación de las vacunas AstraZeneca y Sputnik-V contra el COVID-19 resultó segura en las primeras pruebas.
Estos ensayos se llevaron a cabo en pacientes en Azerbaiyán, quienes recibieron una primera dosis de la vacuna rusa Sputnik-V y luego una segunda dosis de AstraZeneca. Los resultados preliminares dicen que no hubo problemas de ningún tipo ni efectos secundarios o reacciones adversas entre las 50 personas que participaron en la prueba.
Pero más importante todavía es el hecho de que la combinación entre ambas vacunas parece entregar una inmunidad más prolongada frente al COVID-19.
Los resultados definitivos del estudio serán publicados en agosto por el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF, por las siglas en inglés), quienes financiaron en parte al laboratorio que creó la Sputnik-V. Al mismo tiempo, continuarán los ensayos clínicos en Azerbaiyán, así como en India, Argentina, Bielorrusia y Emiratos Árabes Unidos.
Uno de los objetivos de este estudio es saber si la combinación de diferentes vacunas puede resultar efectiva ante las nuevas variantes, en especial Delta, que hoy día es la que está detrás de los rebrotes que se han visto en algunos lugares de Europa y Estados Unidos.
En particular, dos dosis de Sputnik-V han dado pruebas de alta eficacia contra Delta.
Desde el RDIF esperan poder comenzar a hacer pruebas con vacunas de otros fabricantes y no solo de AstraZeneca, porque creen que estas combinaciones son clave para frenar de manera efectiva la pandemia. Además, también podrían ser útiles en situaciones en las que, por cualquier motivo, haya imposibilidad de inocular a la población con la segunda dosis de una vacuna específica, algo que ya ha sucedido en Argentina.