Las recomendaciones hechas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) hablan de que un distanciamiento social de tres pies (un metro, aproximadamente) y seis pies (alrededor de dos metros), es lo adecuado para estar protegidos contra el coronavirus en la calle o en medio de un lugar donde haya más gente.
Sin embargo, contradiciendo esta declaración oficial, Lydia Bourouiba, profesora y científica del Massachusetts Institute of Technology (MIT), realizó un nuevo cálculo, mediante el cual sostiene que la lejanía entre personas debe ser aún mayor.
Según lo que pudo recabar Bourouiba, la distancia entre personas debe ser de 27 pies (ocho metros).
«Es urgente revisar las pautas que actualmente están dando la OMS y los CDC sobre las necesidades de equipo de protección, particularmente para los trabajadores de atención médica de primera línea», dijo Bourouiba a USA Today.
Según un artículo publicado en la revista Journal of the American Medical Association, la profesora del MIT señaló que las pautas actuales se basan en «gotas grandes» como el método de transmisión del virus y la idea de que esas gotas grandes solo pueden recorrer una cierta distancia.
Ella plantea es que las velocidades máximas de exhalación pueden alcanzar de 33 a 100 pies por segundo y que «las máscaras quirúrgicas y N95 actualmente utilizadas no se prueban para estas características potenciales de emisiones respiratorias».
La tesis de Bourouiba dice que «la idea de que las gotas ‘golpean una pared virtual y se detienen allí y después de eso estamos a salvo’ no se basa en la evidencia encontrada y tampoco se basa en ‘la evidencia que tenemos sobre la transmisión del COVID-19′». La científica agregó que «se emite una «‘nube gaseosa’ que puede transportar gotitas de todos los tamaños cuando una persona tose, estornuda o exhala. La nube se mitiga solo parcialmente al estornudar o toser en el codo».
El Dr. Paul Pottinger, profesor de enfermedades infecciosas en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, hizo una réplica en el USA Today a Bourouiba: «Para mí, la pregunta no es qué tan lejos pueden viajar los gérmenes, sino qué tan lejos pueden viajar antes de que ya no sean una amenaza».
«Cuanto más pequeñas son las partículas de gérmenes, menor es el riesgo de que puedan infectar a alguien que las inhale o las atrape en la nariz o la boca. La mayor amenaza, creemos, con el coronavirus es en realidad las gotas más grandes. Gotas de saliva, mocos, saliva. Gotas que casi parecen lluvia, si quieres, cuando alguien estornuda. Esas gotas son lo suficientemente grandes como para que la gravedad aún actúe sobre ellas. Por lo general, dentro de unos seis pies de abandonar el cuerpo de alguien, esas gotas más grandes e infecciosas caerán al suelo. De ahí viene la regla de los seis pies», manifestó.