En Alemania quieren hacer lo que sea necesario para que todos se vacunen contra el COVID-19. Al menos en Berlín, la capital, tuvieron una idea innovadora: fiestas tecno en los puntos de vacunación.
La idea fue de Markus Nisch, quien está a cargo de un centro de vacunación de la Cruz Roja instalado en un club nocturno llamado Arena Club. Nisch pensó que quizá sería un buen incentivo montar una fiesta con un DJ y música, condimentos básicos para animar el evento. Por tanto, se organizaron las llamadas Largas noches de vacunación (Lange Nächte des Impfens, en alemán), patrocinadas por el Ministerio de Salud de Berlín.
En total, se entregaron 1,500 vacunas para quienes asistieran a las fiestas, a las que se sumaron algunos artistas locales que dieron presentaciones de forma voluntaria. Además, las dosis fueron para todos los que llegaran al lugar, incluyendo a extranjeros o no residentes.
Y el éxito fue tal que afuera del local hubo largas filas de personas esperando entrar; en la primera fiesta se vacunaron 420 personas en total.
El objetivo de estas fiestas no fue otro que incentivar a la gente a que se vacune. Antes de la llegada del verano en Alemania, el ritmo de vacunación era alto, pero disminuyó a medida que empezaron las vacaciones. Hoy día, un 62 por ciento de la población cuenta con al menos una dosis de la vacuna, pero el Gobierno ha tenido dificultades para convencer a los restantes de que se vacunen.
A raíz de esto, la jefa de Estado Angela Merkel anunció que desde el próximo 11 de octubre se acabarían las pruebas gratuitas de COVID-19, como una forma de presionar a los rezagados a que vayan y se vacunen, sea en una fiesta o no.