La vacuna contra el COVID-19 desarrollada en Rusia por el Instituto Gamaleya resultó segura, fue bien tolerada por quienes la recibieron y no generó efectos secundarios graves.
Esas fueron las principales conclusiones de un grupo de científicos independientes que evaluaron la eficiencia de la controversial fórmula que se administra en dos dosis anunciada a mediados de agosto por el propio presidente Vladimir Putin.
“Los eventos adversos más comunes, y que se han referido en vacunas similares, fueron dolor en el lugar de la inyección, fiebre, dolor de cabeza, fatiga y dolores musculares y articulares”, informó El Mundo.
Publicado en la revista médica The Lancet, los análisis verificaron que las personas que participaron de los ensayos desarrollaron anticuerpos neutralizantes a los 42 días de ser inoculadas.
“Los investigadores midieron la respuesta inmune alcanzada con las células T, que también resultó positiva”, agregó la versión.
Tras pesquisar los hallazgos de la fase 1 de dos estudios clínicos y los resultados preliminares de eficacia obtenidos en una fase 2, se determinó que “la vacuna se muestra segura y produce respuesta inmune, medida tanto en la aparición de anticuerpos como en la inmunidad celular”.
El periódico español añadió que el antídoto, bautizado como Sputnik V, se administra en dos tandas (inducción y refuerzo) y utilizan “dos vectores de virus causantes del resfrío común, que se debilitan para que no puedan causar enfermedad”.
“En concreto, son el adenovirus humano recombinante tipo 26 (rAd26-S) y el adenovirus humano recombinante tipo 5 (rAd5-S), ambos modificados para expresar la proteína S del SARS-CoV-2”, detalló.
El objetivo de la doble dosis es evitar que el organismo sobrerreaccione y la respuesta inmune quede sin efecto ante una eventual exposición al nuevo coronavirus.
La vacuna fue probada en 76 voluntarios de dos hospitales, en ensayos abiertos y no aleatorizados. Todos eran adultos sanos de entre 18 y 60 años, aislados durante los primeros 28 días “para vigilar de forma intensiva posibles efectos adversos”.
“El ensayo en fase 3 se aprobó el 26 de agosto y tiene previsto incluir a 40.000 voluntarios de diferentes edades y grupos de riesgo”, complementó El Mundo.