Ómicron, la nueva variante del SARS-CoV-2 detectada por primera vez en Sudáfrica, pone una vez más al mundo en alerta.
Uno de los primeros países que ha decidido tomar medidas para mitigar los riesgos que pueda causar esta variante del virus es Japón. Fumio Kishida, primer ministro del país, anunció que a partir del martes 30 de noviembre se cerrarán las fronteras para impedir el acceso de nuevos residentes extranjeros como estudiantes foráneos, profesionales en prácticas o viajes de negocios.
“Ante un posible empeoramiento de la situación hemos decidido prohibir las nuevas entradas desde todos los países del mundo como medida preventiva y urgente”, explica el mandatario en un comunicado. Japón ya tenía cerradas sus fronteras para la llegada de turistas desde la primera fase de la pandemia, pero en los últimos meses había concedido diferentes visados para estudiantes y trabajadores extranjeros.
Si bien el país aún no ha registrado ningún contagio de la nueva variante del SARS-CoV-2, analiza un caso positivo de un ciudadano procedente de Namibia, que podría ser portador de ómicron.
En Estados Unidos también se toman medidas para contener a ómicron. Nueva York declaró este fin de semana estado de emergencia después de la aparición de la nueva variante del coronavirus. Kathy Hochul, gobernadora de este estado, lanzó una orden ejecutiva con la que se limitarán los procedimientos no esenciales en los hospitales y se ampliará la capacidad de los mismos. Por su parte, el presidente Joe Biden también anunció que a partir del 29 de noviembre estará prohibido viajar desde ocho países del sur de África.
En Europa se han detectado varios casos de ómicron en Bélgica, Reino Unido, Alemania, República Checa, Italia, Países Bajos y Dinamarca. Aunque en España aún no se ha notificado ningún caso, todos aquellos viajeros procedentes de zonas alto riesgo (siete países africanos) tendrán que presentar pruebas negativas para poder acceder al país aunque estén vacunados.