“No será el primer ni el mejor mundo abierto que he jugado, pero sí es la forma más bonita en la que he visto a los pokémon.”
- La versión más orgánica de Pokémon
- Un giro fantástico a la fórmula
- Mucha rejugabilidad
- Administración de ítems poco amigable
- Algunas mecánicas son un paso hacia atrás
La primera vez que exploré la Pradera Obsidiana en Pokémon Legends: Arceus me encontré con varias de las criaturas que he conocido en los pasados juegos de la serie. Los enfrenté a todos porque así es como he jugado Pokémon los últimos 25 años; para mí, cada encuentro es una batalla.
Entonces, a lo lejos, cuando en el juego se hizo de noche, vi un Rapidash. Si bien la escala no es un aspecto nuevo en los juegos de Pokémon, en Legends adquiere otro significado porque puedes comparar el tamaño de tu personaje con el de los pokémon. El Rapidash lucía imponente, pero me dispuse a enfrentarlo para intentar capturarlo; sus ojos eran rojos y tenía nivel 40 (mis pokémon eran nivel 10), así que no tuve más remedio que huir. Para mí, los juegos de Pokémon se han vuelto rutinarios, repetitivos y aburridos, pero Game Freak lanzó Pokémon Legends: Arceus con la promesa de refrescar a la serie, y cumplió.
Mundo abierto, ¿de leyenda?
Pokémon Legends: Arceus es un videojuego de mundo abierto (con sus peros) en el que el objetivo es completar la pokedex. No es precisamente un clon de Monster Hunter, pero tiene ciertas similitudes en el sentido de que te embarcas en misiones con objetivos simples, como recolectar ciertos ítems, capturar o derrotar a un número de pokémon, o en su defecto, seguir la trama de la historia principal.
Ciertamente, la estructura de “mundo abierto” es el principal encanto de Legends. Interactuar con los pokémon en su hábitat es interesante y hace que el mundo se sienta lleno de vida. Creo que una buena referencia sería la sensación que genera Pokémon Snap en comparación con un juego como Pokémon Sword, aunque con la notable diferencia de que esta vez tú decides adónde ir.
Sin embargo, entrecomillo lo de mundo abierto porque la estructura de Legends es la de mostrarte grandes escenarios interconectados en los que tarde o temprano atravesarás un muro invisible que mostrará una pantalla de carga. Es decir, no puedes recorrer toda la región de Hisui montado en un Ursaluna. No es un aspecto decepcionante, pero no termina por replicar del todo la sensación de Zelda: Breath of the Wild.
Lo cierto es que, a diferencia de Breath of the Wild, el mundo de Legends se siente lleno de vida. Si a mi parecer resultaba decepcionante apenas encontrarte de vez en vez con algún bandido o un caballero en Hyrule, acá hallarás pokémon por doquier.
Asimismo, algunos jugadores han criticado el aspecto gráfico de Legends, yo creo que el juego se ve bien. En definitiva, pienso que es la cantidad de pokémon que puedes encontrar en el mapa lo que condiciona el aspecto gráfico y rendimiento del juego.
Reaprender pokémon
Ahora, olvida totalmente la escuela que te enseñó Game Freak en 25 años de juegos canónicos. Acá no hay centros pokémon ni gimnasios. Si quieres curar a tus pokémon, vas a tener que echar una siesta o utilizar tus ítems que, por cierto, tienes que fabricar al recolectar insumos. Además de ser un juego de pequeñas tareas, Legends también es uno en el que constantemente tienes que recolectar ítems para fabricar otros. Menos mal, el proceso es bastante sencillo y hay recursos por doquier.
Donde sí creo que algunos jugadores puedan sentir cierto pesar es en la forma de administrar los ítems, que se siente como si Game Freak hubiera regresado a la época de Pokémon Red. ¿Recuerdas que solo podías cargar algunos y que todos estaban mezclados sin ningún tipo de orden? Pues más o menos eso pasa en Legends. Tal vez tenerlos revueltos no sea un problema mayor, pero que solo puedas cargar un número limitado sí lo es, en especial porque el juego demanda que te la pases recolectando hierbas, minerales y cuanto insumo sea necesario para fabricar pociones y pokebolas. Es algo molesto y que en su momento obedeció a limitaciones técnicas; ahora hay recursos tecnológicos más holgados, y si en juegos como Sword puedes llevar un montón de ítems, ¿por qué en Legends no?
Lo de los ítems sería anecdótico de no ser porque recorrer Hisui tiene sus peligros. Bien podría decir que he visto caer derrotados a mis pokémon más veces en Legends que en cualquier otro juego de la serie. Y por primera vez, los pokémon también te atacan a ti. Puedes tener a todo tu equipo desmayado (porque no, los pokémon no mueren) y seguir jugando, a menos que un pokémon salvaje te ataque y bueno, te desmayes también.
También encontrarás diferencias importantes, no sustanciales, en la forma en la que “se juega Pokémon”. Sí, los pokémon suben de nivel mientras más peleen, pero también lo hacen al recolectar ítems. Igual siguen evolucionando, pero ahora el proceso no es automático, sino que tienes que accionarlo tú mismo y algo similar ocurre con los movimientos. Y aunque los ítems son torales, no puedes asignarlos a un pokémon (ya sabes, como ponerles una baya), algo que definitivamente se sentiría muy útil porque los pokémon salvajes son, vaya la redundancia, unos auténticos silvestres que no tendrán piedad con tu equipo. Es, en suma, una mezcla de elementos clásicos con un giro y algunas (malas) decisiones difíciles de justificar.
Por otro lado, siento que la implementación de los estilos de combate es algo anecdótico. Se agradece que Game Freak haya querido renovar el gameplay de las batallas al añadir nuevas formas de atacar, pero como los combates, aún cuando difíciles, son rutinarios, terminé por siempre optar por el “estilo fuerte”.
Pokémon Legends: Mewtwo
Al escribir esta reseña, llevo unas nueve horas de juego. A diferencia de otros, he tratado de seguir la historia principal y no perderme en las cientos de tareas que te encargan los personajes del juego. La historia, al menos por la forma en la que se cuenta, me parece sosa (no es que sea un señor, ¡disfruto mucho de Pokémon Generations!), pero hasta ahora no me ha aburrido aún cuando llevo horas haciendo lo mismo: camina por aquí, pelea con este, échate una siesta y sigue explorando Hisui.
Creo que hasta ahora disfruto del juego por su estilo y , si estás leyendo esto, tú también lo harás: no será el primer ni el mejor mundo abierto que he jugado, pero sí es la forma más bonita en la que he visto a los pokémon. ¿Será que veremos un ambicioso Pokémon que mezcle Legends con los elementos canónicos de un juego como Red & Blue? Mmm, suena tan complejo como deseable.