“El Samsung Galaxy M12 es un digno sucesor del M11, pues mejoró notablemente su diseño y sus cámaras frente a este. Además, consiguió mantener intacta una de las características más valoradas de su predecesor: una autonomía impecable”
- Diseño original y que no se ensucia
- Buena autonomía
- Carga rápida
- La pantalla no reproduce muy bien los colores
- La cámara flaquea con poca luz
- No soporta bien las tareas de alta demanda
La gama media de Samsung se renueva cada año, y si bien hace unas semanas tuvimos la oportunidad de probar a dos de los miembros de la nueva familia Galaxy A, los Galaxy A52 y Galaxy A72, ahora le toca el turno a la familia Galaxy M. Estos siempre se han caracterizado por priorizar la autonomía y el diseño, pero dejan un poco de lado la pantalla y las cámaras.
En específico, fue el Galaxy M12 el que pasó por nuestra mesa de análisis. Este dispositivo, el más económico de todos los Galaxy, debería mejorar unas cuantas especificaciones en las que su predecesor dejó el listón un tanto bajo. ¿Lo conseguirá? Sigue leyendo y sabrás la respuesta.
Buen diseño y pantalla no apta para exigentes
Para comenzar este apartado, diré que el diseño del Galaxy M12 me encanta. Si bien se aprecia a simple vista que es un teléfono de gama básica, la sensación en mano es excelente. No es nada resbaladizo gracias a su trasera acabada en policarbonato estriado, algo que también lo convierte en un teléfono limpio, en el que es muy complicado que se adhieran las huellas y el polvo.
El teléfono tiene unas dimensiones buenas tanto para tenerlo en la mano como para llevarlo en el bolsillo. Además, a pesar de contar con una enorme batería de 5,000mAh no se siente nada pesado al sostenerlo. El sensor de huellas se encuentra ubicado en el lateral derecho, y si bien no es la posición que más me gusta para este tipo de elementos biométricos (los prefiero en pantalla), me sorprendió lo rápido y bien que responde.
El Samsung Galaxy M12 dispone de una pantalla TFT LCD de 6.5 pulgadas con resolución HD+ (1.600 x 720 pixeles) y una tasa de actualización de 90 Hz. Sin duda este elemento es uno de los más decepcionantes del dispositivo (sobre todo si tenemos en cuenta que en el mercado hay teléfonos similares con pantallas AMOLED como los Xiaomi Mi 9T o Realme X2 Pro).
La pantalla tiene buenos ángulos de visión y un nivel de brillo correcto, pero los colores se reproducen muy apagados, algo habitual en este tipo de paneles. La tasa de actualización a 90Hz ayuda bastante a mejorar la experiencia de uso —en especial con los juegos—, pero en general siento que Samsung no ha tomado una buena decisión al poner en este teléfono una pantalla tan ajustada cuando se mueve en un mercado tan saturado y competitivo.
La potencia esperada y una autonomía de 10
Samsung monta en este teléfono un procesador Exynos 850 acompañado de 4 GB de RAM y dos opciones de almacenamiento interno (64 y 128 GB), ambas ampliables con una tarjeta microSD. La unidad que probé es la que cuenta con 128 GB de almacenamiento interno; en general rindió de manera eficiente, aunque en ocasiones me encontré con algunos bloqueos y apps congeladas.
En el uso del día a día no encontré mayores problemas y es capaz de mover con fluidez juegos no demasiado exigentes como Clash of Clans. Sin embargo, esto cambiaba al jugar títulos con más demanda gráfica y de potencia como Asphalt 9 (fue casi imposible jugarlo debido a los parones). Como punto a su favor diré que incluso al jugar durante más de una hora seguida el teléfono no se recalentó nada, algo que se agradece.
Pero si hay algo de lo que este teléfono puede presumir es de su batería titánica. Como el Galaxy Mi 11, monta una pila de 5,000 mAh que dio más de 9 horas de pantalla y dos días completos de autonomía sin necesidad de carga. El teléfono ofrece sistema de carga rápida de 15w e incluye el cargador, pero no es apto para gente con prisa. Y es que para llegar de 0 a 100 de carga se toma casi dos horas.
Cámaras sin demasiadas pretensiones
En el apartado fotográfico el teléfono ha cumplido con lo que esperaba de un dispositivo de apenas 200 euros. Su equipo trasero está formado por cuatro sensores, uno principal de 48 MP, un gran angular de 5 MP y dos sensores macro y de profundidad de 2 MP cada uno. La cámara frontal es de 8 MP.
Con luz natural favorable, el M12 da buenas fotos, nítidas y con una reproducción del color bastante realista. El caso del gran angular no es tan bueno, pues las imágenes pierden mucho nivel de detalle y se deforman bastante.
Los retratos son realmente buenos para un móvil de su precio, con un recorte muy acertado y unos colores y nivel de detalle correctos. En el caso de las selfies, lo mismo: los tonos de piel se reproducen de modo muy realista, los detalles se ven nítidos y el fondo tiene un buen nivel de exposición.
Por último, tengo que hablar de las fotos nocturnas, que no tienen un modo dedicado como en la mayoría de los teléfonos del mercado. En general no son muy buenas, tienen mucho ruido y suelen ser carentes de detalles.
Conclusiones
El Samsung Galaxy M12 es un digno sucesor del M11, pues mejoró notablemente su diseño y sus cámaras frente a este. Además, consigue mantener intacta una de las características más valoradas de su predecesor: una autonomía impecable.
Sin embargo, siento que se queda un poco por debajo de sus rivales en la gama de entrada, en especial en términos de rendimiento y pantalla. Aún así, si buscas un teléfono con un buen diseño y que no necesites cargar por un buen rato, el Galaxy M12 es tu chico.