Ríos de tinta se han vertido sobre la millonaria adquisición de Instagram por parte de Facebook. El movimiento estratégico por parte del gigante estadounidense se ha visto inevitablemente impregnado por la intensa personalidad de sus protagonistas, a saber, Mark Zuckerberg y Kevin Systrom. Si bien todas las negociaciones previas a la compra, que tuvo lugar en 2012, han permanecido en secreto (como cabría esperar), Zuck se las ha visto ante las autoridades anti competencia que están analizando si esta compra vulneró en su momento el libre mercado.
Al CEO y fundador de Facebook, tímido y más habituado a moverse discretamente, no le gustan este tipo de comparecencias en las que suelen salir todo tipo de comunicaciones off-the-record y alguna que otra pregunta comprometedora. Y esta comparecencia no ha decepcionado: Zuck se ha visto enfrentado a cuestiones del tipo: «¿Ha copiado Facebook a sus rivales?» O peor todavía: «¿Ha presionado la compañía a Instagram para forzar la venta de la firma?» Dos misiles en la línea de flotación de un empresario que parece inmune a todo y siempre sale indemne de estos amargos tragos.
La trastienda de una negociación millonaria
No nos corresponde a nosotros juzgar (y mucho menos determinar) si hubo o no presiones o coacciones en este proceso de compra, ni si la derivada de la compra sitúa a la empresa en una situación monopolística, pero sí analizar los detalles. En pocas ocasiones podremos ver la secuencia de correos electrónicos de Mark Zuckerberg con una de sus directivas estrella (Sheryl Sandberg) hablando de forma plana sobre las maniobras previas a la compra y la actividad de sus competidores. Así, en un email fechado el 30 de marzo de 2012, Zuck explica con naturalidad sobre “la cultura” del plagio del mercado chino y en la misma frase, el CEO ofrece una visión interesante.
Zuckerberg explica que gracias a esta política de copias se pueden plantar varias “semillas” al mismo tiempo en lugar de centrarse en un solo producto y pese a que suelen contar con una baja calidad, a medida que los mercados maduran “parece que hay menos diferencias entre el clon y el producto original”. ¿A qué se refiere exactamente Mark Zuckerberg? Hay que llegar al último párrafo para intuir lo que quiere transmitir: esta política referida a las aplicaciones móviles le hace pensar que “nos estamos moviendo muy lentamente” en clara alusión al dinamismo de la estrategia de plagio de los asiáticos.
El email va dirigido a Sheryl Sandberg que recoge el guante confirmando que “es difícil no estar de acuerdo que es mejor moverse más rápido” y le insta a reunirse al día siguiente. Como podrás suponer, no se ha esquivado la oportunidad de preguntar abiertamente al CEO: ¿A cuántas empresas ha copiado Facebook desde 2012? Zuck ha evitado dar una respuesta cerrada y en su lugar ha defendido que la compañía innova “creando nuevos productos”.
Systrom-Zuckerberg y la presunta amenaza
Pero donde realmente se ponen interesantes las cosas son cuando se hace mención a las negociaciones llevadas a cabo con Kevin Systrom, fundador de Instagram y se muestra una nueva colección de emails intercambiados por ambos protagonistas. De la secuencia de emails lo primero que nos llama la atención es lo que se lee entre líneas de ambos caracteres: Zuck se muestra en un momento un tanto irritado por la “resistencia” de Systrom a rubricar el acuerdo e insiste mucho en que no haya filtraciones del proceso negociador, sobre todo si no resulta fructífero. Esto es, lo que le preocupa a Zuckerberg es que una pequeña empresa diga ‘no’ al coloso que es Facebook y se entere todo el mundo.
¿Ego? ¿Preocupación por el impacto en bolsa? No lo sabemos a ciencia cierta, pero sospechamos que bastante de lo primero y no poco de lo segundo. Con todo, en este sainete ha habido de todo, hasta unas presuntas amenazas, aunque toma todo esto con cautela. Según parece, Zuck habría advertido a Systrom veladamente que si no se avenía a cerrar la venta, emplearía su app Facebook Camera App contra el incipiente Instagram. Y no cabe duda de que hay frases que invitan a sospechar que hay cierta coacción; en una de ellas Zuck escribe: “en algún punto tendrás que decidir cómo quieres trabajar con nosotros”. Imagina esa frase dicha por Marlon Brando en El Padrino…
Según hemos podido saber en todo este proceso, el propio Systrom habría confesado a un inversor que había entendido las palabras de Zuckerberg como una amenaza y que temía que si no accedía a facilitar la venta, Facebook podría entrar en “modo destrucción” contra Instagram. ¿Cuánto daño podría haber hecho? Nunca lo sabremos, pero imagina todo el poder y capital de una empresa del tamaño de Facebook, Google o Microsoft dirigido a arruinar el negocio de una start-up…
A este respecto, la congresista Pramila Jayapal tiene claro que la actitud de Facebook es monopolista: “la cuestión aquí es que una plataforma dominante amenaza a sus potenciales rivales, eso no es una práctica normal de negocio”, según reportó Techcrunch.