Hasta los más veteranos directivos, como es el caso de Phil Schiller (Apple), filtran, en ocasiones su verdadera visión de la competencia, ofreciendo titulares sabrosos. El máximo responsable de la firma de Cupertino no ha tenido pelos en la lengua a la hora de responder a una pregunta acerca de los Chromebook en materia de educación, un dispositivo al que se ha referido como ‘barato’ y que no va a triunfar en el sector de educación. Se trata de unas acusaciones de calado de un titán a otro y merece la pena poner un poco de contexto.
Apple y Google se enfrentan, como bien sabes, en varios mercados, y dentro de la computación, el sector de la educación resulta clave. ¿Por qué? Porque se trata de los usuarios del futuro, los que dentro de unos años adquirirán una computadora o teléfono y resulta clave lograr que se habitúen a una plataforma determinada. Es como una inversión a medio o largo plazo que puede ser muy rentable. Google apostó de lleno por este segmento -el de las escuelas- y lo hizo a costo: que el hardware fuera irrisorio porque luego rentabilizaría esa inversión en base a los servicios.
La conclusión de esta estrategia concluye que los Chromebook son unas excelentes computadoras portátiles a precios de auténtico derribo, con lo que han sido muchas las escuelas en Estados Unidos que han optado por incorporar estos dispositivos. Sin embargo, esta realidad se da de bruces con otra no menos tozuda: la MacBook lidera en solitario el segmento de los estudiantes universitarios; esto es, cuando el estudiante debe adquirir una computadora como inversión para obtener un rendimiento ni considera la laptop de Google, sino que prefiere invertir en la de Apple.
MacBook, serious business
Como te hemos avanzado, Phil Schiller se refirió con claridad meridiana a este respecto y con una frase demoledora: “Los Chromebook han llegado a las escuelas por que, con franqueza, son herramientas baratas para hacer pruebas. Si todo lo que quieres hacer son pruebas, una laptop barata puede servir, pero no va a triunfar”, concluye de forma demoledora. El popular directivo de la firma de la manzana minimiza el impacto de la computadora de Google, incidiendo en que su proliferación es debida únicamente a una cuestión de precio.
¿Está en lo cierto o se trata de un ataque gratuito? La realidad parece indicar que Schiller sabe de lo que habla cuando lanza semejante dardo: las MacBook no triunfan en las escuelas, pero lo hacen de forma abrumadora en las universidades de Estados Unidos, donde son utilizadas “en el campo de la creatividad”. El responsable de marketing de la compañía aclara en esta entrevista, que no se trata de una cuestión de amor a la marca, sino de contar con la mejor herramienta para el desempeño de un trabajo.
Una guerra a largo
Por resumirlo de una forma rápida: Google invierte en un segmento de la población que, potencialmente, puede atarse a la plataforma en un futuro, pero lo hace a coste (o incluso perdiendo dinero) en la venta de hardware. Muy fiel a su filosofía de negocio, la clave consiste en asegurarse una masa crítica de usuarios que tarde o temprano rentabilizarán esta inversión gastando en sus servicios.
Apple aborda esta cuestión de una manera completamente diferente: se centra en fabricar productos de gran calidad y muy versátiles, y el cliente sabe que debe de pagar por ellos; en el caso de los de Cupertino, la firma obtiene un considerable margen por la venta unitaria. ¿Quién ganará en esta estrategia? Lo que parece claro es que la respuesta llegará a largo plazo puesto que esto es una maratón, y no un sprint.
La cuestión es que estas demoledoras declaraciones de Schiller parecen inferir que Apple ha renunciado a plantar la batalla en las escuelas ante un rival que derriba precios, y posteriormente matizó el contenido de su entrevista en una entrada en Twitter: “Todos los niños tienen el potencial de triunfar, y hacer que lo logren es nuestra principal misión, proporcionando a alumnos y profesores el contenido y las herramientas que necesitan para aprender, no solo para hacer pruebas”.
Como ves, estamos ante una guerra de épicas dimensiones ante dos gigantes que plantean estrategias completamente diferentes y lo cierto es que, pese a lo que explica Phil Schiller, la situación no está tan clara. La fotografía actual en la que los universitarios apuestan claramente por las MacBook, puede cambiar en el futuro si las Chromebook mejoran en calidad y la plataforma en prestaciones, y si esa generación futura de usuarios decide no cambiar de ecosistema una vez tenga capacidad de compra.
Si nos ponemos en la situación de un padre (o incluso, en la de un estudiante a punto de comprar una laptop) ¿no desempeñan las mismas funciones las Chromebook que las MacBook? En lo esencial, es así, pero con una abismal diferencia de precio y también, por qué no decirlo, una gran diferencia también en un factor que no se tiene siempre en cuenta en una inversión: una MacBook puede durarnos muchos años, mientras que una Chromebook, sobre el papel, parece más amenazada por el paso del tiempo.