Cuesta creerlo, pero en algún momento las bandejas de correo electrónico tenían una capacidad máxima de almacenamiento de 4 MB. En contexto, era imposible adjuntar una canción en MP3 y eso provocaba vaciarlas de manera constante. Era los jóvenes 2000 y Hotmail y Yahoo Mail ofrecían un servicio en aquel entonces útil, pero que hoy juzgaríamos como inutilizable. Entonces, algunos usuarios de Internet presumían un correo de Google, el buscador que en esos ayeres todavía tenía algo de novedoso. Y ese correo ofrecía 1 GB de almacenamiento.
“¿Cómo lo obtuviste?”, preguntaban algunos. “Te tiene que llegar una invitación”, respondían petulantes los suertudos poseedores. Pero era verdad. La liberación fue paulatina a partir del 7 de febrero de 2007 y se hizo global el 14 de febrero. Antes, para tener una cuenta de Gmail se requería una invitación. Y esa invitación la daba Google. Llegaban esporádicamente. Una al mes. A veces tres. El dueño de las invitaciones decidía con celo a quién darlas. Incluso hubo un mercado negro que las cotizaba en hasta $150 dólares en eBay.
“Hizo que todos lo quisieran aún más”, recuerda Georges Harik, quien en la primera mitad de la década de los 2000 supervisaba la mayoría de los productos de Google, como el buscador, Gmail y el extinto Google News. “Muchos lo consideran una de las mejores decisiones de mercadotecnia en la historia de la tecnología, pero fue más bien involuntario”, recordó el ejecutivo durante una charla con la revista TIME, que en 2014 repasó la historia del Gmail con motivo de su décimo aniversario.
Porque aunque Gmail se hizo un servicio público hasta aquel 14 de febrero de 2007, desde 2004 era usado por empleados de Google. Paul Buchheit, su creador, señala que el desarrollo inició en agosto de 2001. Y aunque la narrativa oficialista de Google dice que Gmail nació con la famosa regla del 20 por ciento (el porcentaje del tiempo laboral que daba Google a sus empleados para trabajar en los proyectos que quisieran), Buchheit dice que más bien fue un encargo. Uno sin muchas referencias porque entonces Google ofrecía pocos servicios y porque tampoco aspiraba a ser una copia de Hotmail o Yahoo Mail. Lo único que se le encomendó fue incorporar el buscador.
Buchheit lo hizo e incorporó un almacenamiento que entonces se sentía ilimitado. Fue así como Google despidió una época de Internet: la de borrar correos electrónicos por necesidad.